miércoles, 31 de diciembre de 2014

DE DIEZ EN DIEZ

Acabo este 2014 de 10 en 10...kilómetros. Diciembre es el mes de las carreras populares, eso es así. Te puedes tirar corriendo una popular casi cada sábado y domingo de todo el mes, con infinidad de motivos, por las empresas, por Papá Noel, por San Silvestre, por San PitoPato, por el Pavo, por...

Quizá el 10K es demasiado intenso para mi estado de forma actual y las alturas de temporada en las que estamos, pero también es verdad es que el cansino "ritmo IM" con el que acabas una temporada y empiezas la pretemporada de la siguiente es aburrido hasta decir BASTA.

De modo que, siempre de acuerdo con mi entrenador, en este diciembre 2014 recién terminado coloqué "estratégicamente" 3 carreras de 10K para quitarle la carbonilla a mis piernas, comprobar cuánta velocidad había perdido en un año marcado por la lesión del Aquiles y, en definitiva, disfrutar un poco con la disciplina que más me gusta y que, al fin y al cabo, es la que me trajo hasta aquí.

10K, para muchos la distancia ideal. A medio camino entre velocidad pura y resistencia (siempre hablando en términos "populares"). Para mí un pelín demasiado agónica, aunque, como todo, dependerá de las ganas que tengas de apretarte las tuercas. Sí, definitivamente el 10K me gusta. La Behobia (20K) siempre será mi carrera, las medias maratones, por similitud con la anterior, se adaptarán mejor a mis cualidades con corredor "diesel", más de fondo...¿o quizás no lo soy tanto?

Ya expuse en un post anterior que este 2014 había descubierto que me gusta sufrir poco, que no me encuentro cómodo cuando el corazón se me dispara y suelo "levantar el pie", pero que cuando no lo hago, cuando no lo levanto, me encuentro con resultados sorprendentemente aceptables. Otra cosa es que me apetezca sufrir tanto.

Bueno, que me voy por las ramas, vamos a lo que nos ocupa, ahí van tres (mini) crónicas de los 10K disputados este mes de diciembre:

CARRERA DE LAS EMPRESAS: Formamos 2 equipos en SCL, la empresa en la que trabajo. Por un lado Chema y yo, por otro lado otros 3 compañeros que se inician en esto del "running". Llego claramente fuera de forma, con apenas 2 semanas de entreno tras el parón post-IM. Para rematarlo la noche anterior tengo típica cena de navidad con amigos, de las que se alargan y cae hasta un gintonic. Total, 3 de la mañana, apenas 4 horas de sueño por delante y habrá resaca, fijo. Para más "inri" llueve a mares en Madrid. Cojonudo.

Nos despistamos en el previo y pistoletazo de salida nos pilla a Chema y a mí malísimamente colocados, muy atrás, con miles de corredores por delante a los que adelantar. En esta carrera de empresas hay mucho "beginner" que sale a correr en modo no competitivo. Me parece estupendo, pero ponte atrás, majete. Claro que nosotros también podríamos haber estado un poco más espabilados, la verdad. 

Total que toca "carrera de obstáculos", saltando de un lado a otro,  por medianas, jardines, aceras y demás elementos del mobiliario urbano. Primer kilómetro en 5:30, estupendo. En el km2 ya no puedo seguir a Chema, voy estresadísimo y con el corazón disparado, y no, no me apetece sufrir hoy. Tengo la boca reseca, dolor de cabeza y poquitas ganas de apretarme, además odio el típico circuito "Castellana arriba-abajo-arriba". 

Decido aflojar y centrarme en acortar la zancada y tratar de entrar en contacto con el asfalto "de metatarso", como he leído que recomiendan. Es un poco difícil para gente alta y de piernas largas como yo, me siento algo ridículo con el, a mí modo de ver, excesivo movimiento de piernas, pero bueno, voy a probar. Desde el km4 es cuesta abajo hasta el km8, así que siempre con mucha cadencia voy rebasando a la gente y encontrándome mejor. No llevo reloj, ni pulsómetro ni "ná de ná", con la caraja con la que me he levantado he olvidado todo el instrumental en casa. Sensaciones puras y duras, y bueno, de menos a más y mejorando, oiga.

Los 2 kms finales pica para arriba y voy regulando, y de hecho entro demasiado sobrado. No tengo ni idea del tiempo que he hecho, aunque calculo 44-45min. Cuando me encuentro con Chema me dice que habré hecho 43, según sus cálculos.  Tiempo oficial 43:43, pues no está mal. Para haber corrido sin ganas no está nada mal.

10K DE ARANJUEZ: Una semana después toca el "clásico de invierno", los 10K de Aranjuez, que hago por 5ª temporada consecutiva. El año pasado hice 42:01, veamos cuánto he perdido desde entonces.

Salgo nuevamente intentando seguir a Chema, esta vez la resaca le toca a él, mal fin de semana ha elegido para intentar bajar de 40 minutos. Yo ya sé que no estoy para sub40 ni de coña, pero él aún tiene esperanzas.  Hasta el km2 vamos juntos, clavando 8 minutos en dicho parcial. Demasiado rápido, lo vamos a pagar.

Aguanto hasta el km3 junto a él, hemos aflojado algo, pero vamos en tiempo aún. Mejor dicho Chema va en tiempo aún, porque yo me apeo aquí, ni de broma puedo seguir este ritmo. Poco a poco veo como Chema se va despegando, y aunque me jode, agacho la cabeza y me concentro "en lo mío". Lo mío es tratar de no perder demasiado fuelle. De correr a 4min/km he pasado a correr en 4:20/km, y después 4:30, donde decido poner el tope, más lento de eso no puedo permitirme ir en un circuito completamente llano.

Llegando al km7 me pasa Julito, un colega del basket que había salido 2 minutos después que yo. Joer con "el Julito", como va el tío, pienso.

Cuando "coronó" la única dificultad en forma de rampa de 300-400m decido echar un vistazo al crono...pues si aprieto puedo bajar de 42...

Nada, estoy sin fuerzas ya, trato de cambiar pero no hay nada en mis piernas, voy cuasi vacío. A duras penas puedo llegar a 4:10/km a estas alturas. Me dejo llevar al final, si no voy a bajar de 42 tampoco me voy a desfondar para nada.

Entro en meta en 42:26 (ver vídeo). Bien ¿eh?, me lo esperaba peor. Contento.


Me encuentro con Julio, que ha bajado de 40, y con Chema...que se ha quedado a las puertas, menudo cabreo tiene. También llega Rober, un poquito (bastante) más tarde, quien le ha visto y quién le ve. Cervecita mañanera y otra competición al zurrón.



¿Conclusiones? Pues que estoy como el año pasado, tampoco he perdido tanto. La cosa pinta bien para 2015, señora.

SAN SILVESTRE DE LAS ROZAS: Me la esperaba dura, pero no TAN dura. Conocía a priori mentalmente el recorrido, ya que he vivido 7 años en la localidad y solía salir a "trotar" (no puedo decir que corriera por aquel entonces) por partes del circuito. Sabía que iba a ser un sube y baja continuo, pero fue mucho peor de lo esperado. Sin temor a equivocarme, creo que es el 10K con circuito más duro que he hecho hasta la fecha, peor que Akiles y la carrera del Retiro, seguro.

Salgo junto a Julito, mi compi del basket. Rober decide quedarse atrás. Julio sale desbocado, km1 en 3:40 (¿dónde vamos?), km2 en 4:00 (en subida, repito ¿dónde vamos?). Vistazo a las pulsaciones, 168ppm, genial Dani, revientas fijo. Dejo ir a Julito, Dios le ampare, yo no quiero explotar a los 10 minutos. Del km2 al km4 todo en subida, por la Avda. de España, tembleque en las piernas modo "tela marinera". Me pasa todo Cristo.

Otra vez a bajar, alargo un poco la zancada (mal, me he vuelto a fastidiar el Aquiles seguramente por esto) y suelto piernas durante este kilómetro, todo en bajada.

Otra vez a subir, larguísimo tramo del 5 al 7, hasta entrar en la Dehesa de Navalcarbón, donde seguimos subiendo, aunque más levemente, hasta el km 8,5. Llevo un ritmo de mierda, y el corazón sigue disparado. Definitivamente los circuitos tipo "montaña rusa" no son lo mío. Con 1500m para el final decido guardarme algo ya que tenemos dar la vuelta a la pista de atletismo del polideportivo donde está situada la meta, y ahí sí quiero vaciarme.

Según entro en el polideportivo ya está Julio animándome, ya ha terminado el muy...

Aprieto los dientes, me pego a la cuerda de la pista y ahora sí lo doy todo. Tengo a un tío "soplándome la nuca", pero no me va a adelantar, eso ya te lo digo yo. Sprint final, a tope, ya no escucho al tío de atrás, suelto los 30m finales. Pulsaciones a 172ppm, no al máximo pero casi. 44:08, mala marca, pienso. Aunque luego viendo la clasificación veo que he vuelto a estar entre el 15%-20% inicial, así que no está tan mal, mantengo el nivel. Después de la perenne lesión de Aquiles de este 2014 puedo decir que estoy más o menos igual que el año pasado, y eso es definitivamente bueno. 



Me da la mano mi perseguidor, "joer al final no he podido contigo", dice. Sonrío forzadamente "tu respiración te delataba, no me hacía falta saber dónde estabas", replico.

Pues hala, calentón final para cerrar el 2014, vamos a por el siguiente.

En otro orden de cosas quería presentaros a mi nueva amiga "Atómica", que viene a sustituir a mi adorada Nekane, a la que nunca estaré suficientemente agradecido. Casi 10.000kms después, 1 Ironman, otros 10 triatlones en el resto de distancias, un Soplao e infinitas horas juntos ha llegado la hora de despedirse. O no, que ya veremos qué hacemos con ella, me da pena venderla.

ATOMIC!!


Con Atómica ya me he hecho mis buenos 500km este mes de diciembre, y será mi compañera de viaje en rutas de gran fondo, entrenamientos y triatlones "con drafting" a partir de ahora.


Lo dicho, que pase el 2015.

miércoles, 3 de diciembre de 2014

DUATLÓN CROSS E3 DE FUENLABRADA

Más de 2 años haciendo triatlón y sin embargo aún no había tenido ocasión de debutar en un "Du". Es cierto que me había inscrito a dos de ellos, uno a finales de 2012 y otro a finales de 2013, pero sendas enfermedades víricas decidieron que mejor me quedaba en casita muy, muy cerca del cuarto de baño, por si acaso. 

Esta vez no, no había excusas. Tenía a todo al triatlón La Sagra de Illescas dándome "la matraca" con el repetitivo "cuando hagas un duatlón te voy a fundir, Mr. Ironman", así que no podía decepcionarles.

Y no, no les decepcioné. Me fundieron todos, o casi todos. Podría empezar a excusarme con pamplinas tales como que si mi foco es el Ironman, que yo entreno a bajas revoluciones, que soy más un motor diesel, que tal y que cual y que si la abuela fuma. Pues no, me revienta que me ganen, para que nos vamos a engañar. Hay que ponerse las pilas también en el duatlón, si no quiero que me vuelvan a sobar los morros. Tengo claro que varios de mis compis son inalcanzables, pero el resto ya puede saborear todo lo que pueda su "victoria" en esta ocasión, porque en siguientes pruebas daré mucha, mucha guerra.

Ya sabía de antemano que no era la prueba ideal para presentar batalla, habida cuenta del odio visceral que le tengo a la modalidad de mountain bike en general, y a los circuitos técnicos en especial, a lo que hay que añadir barro en cantidades industriales para aumentar la dificultad de un circuito que definitivamente no se adaptaba a mis características. Mejor dicho, realmente NO TENGO características sobre la mountain bike, bueno sí, torpeza absoluta y pánico a caerme y hacerme daño.

Así que el objetivo principal era no caerme (conseguido), no hacerme daño (no conseguido, me llevé un buen golpe en una rodilla) y pasar un buena mañana con mis amigos mientras sufría un rato (conseguido).

Aún así tenía claro que, una vez cumplidas las premisas anteriores, tendría que darlo todo y no ir de paseo. No, no fui de paseo, acabé reventado, con calambres y sin poder dar un paso más. Este debut en duatlón fue para mí duro, durísimo, terriblemente agónico.

Vamos con la crónica.

CARRERA 1

Salgo fuerte, intentando seguir el ritmo de Fleki, al que pronto se unen Alberto y Monte, nueva en el club y que promete darnos grandes alegrías (en esta prueba quedó 2ª absoluta en categoría femenina).
Un poco más adelante van Pablo y Chema. Vamos a 4min/km o incluso algo por debajo, pronto veo que no voy a poder seguir ese ritmo, el circuito es un sube y baja continuo, muy rompepiernas, y si sigo así me voy a fundir yo solito. Les dejo ir unos metros y me quedo en tierra de nadie. Escucho por detrás que Tomás saluda a Asier, que a su vez debe estar siguiéndome los pasos. Me pasa Tomás e intento pegarme a su estela. Cada vez voy peor, de modo que decido entrar en modo conservador y termino los 4,5km iniciales en 20'50"@4'35"/km, algo peor de lo previsto. Pues nada, es lo que hay.




BICI MTB

En la transición nos juntamos Tomás, Asier, Óscar y yo, hay atasco en la salida de boxes al tener que pasar todos por dos puertas muy estrechas con las bicicletas. Un poco chapuzas el tema, la verdad, pero el parón nos viene bien a todos para tomar algo de aire.

Nada más salir rampón lleno de barro, me pilla de sorpresa, con un desarrollo en la bici inadecuado, por lo que tengo que echar pie a tierra, pues sí que empezamos bien...

Me pasa a Óscar y me pego a él, y así hacemos juntos casi todo el recorrido de bici, dos vueltas a un circuito infernal, con mucho barro y tres/cuatro subidas muy duras. Se me hace larguísimo y en ningún momento me encuentro a gusto.



Tampoco es que me pase mucha gente, vista la clasificación final perdí no más de 30 puestos en este segundo sector, de un total de 300 y pico competidores. Dada mi incompetencia sobre la montura de ruedas gordas es algo que entraba dentro de las previsiones. Pero si en esos 30 ves que te pasa Asier, Expo, Noel...pues te jode, te jode mucho. Aún así consigo aguantar la rueda de Óscar toda la primera vuelta y buena parte de la segunda, hasta que en uno de los rampones casi me doy una buena galleta y me arreo un golpe tremendo con la rodilla en el manillar. Al instante noto la inflamación y la pérdida de movilidad, y para rematarlo aparecen los primeros calambres. Estupendo, y además Óscar se escapa...



Agónico final de la segunda vuelta de bicicleta hasta completar los 18km marcados por la Organización. Sin fuerzas, con calambres, con la bici llena de barro, el cambio saltando de un piñón a otro sin control alguno y yo rezando al Cristo de los faroles para que esto se acabe. Rematamos con un bloqueo de cadena en la rampa final que da acceso a la zona de boxes. Nuevo viaje que le pego a la rodilla y más calambres. Bien.

CARRERA 2

Entro tieso en zona de transición y con muy poquitas ganas de correr. Según suelto la bici aparece Luis..."Fonseca ya te vale, que te pillo hasta yo...". No me jodas, esto sí que no me lo esperaba. Me deshago de los guantes rabioso y tiro para abajo furioso de los manguitos.

Jooooooodeeeeeeeerrrrr...

Aprieto los dientes, bajo la cabeza y salgo a correr como buenamente puedo. Si me pasa Luis ya sí que retiro, macho.

Criminales 2km finales, con un primer tramo siempre en subida en la que se ve al final un horizonte lejano e infinito. Es el final de la Tierra, Finisterre, la subida no parece tener fin, parece el tramo final hasta Mordor. Miro para atrás y no veo a Luis. Bueno, venga, vale. Tengo a Óscar a la vista, pero no le pillo, no tengo ritmo. Paso a un tío que va agarrándose los isquios, otro acalambrado. Recupero 6 ó 7 puestos, la gente va frita al final, duro circuito que nos ha reventado a todos.



Entro en meta con una lamentable marca de 1h45'08". Puesto 180/305 en meta (bueno, podía ser peor). Me tienen que ayudar a estirar mis compis porque enseguida mis cuadriceps, isquios, gemelos y hasta las pestañas dicen basta, hasta aquí hemos llegado.

Cuando me recupero empiezan las coñas:

"Te he ganado Fonseca" "Te he ganado Fonseca" "Has mordido el polvo, Fonseca". Las consignas se repiten una y otra vez según se van acercando (los cabrones de) mis compañeros.

Pues sí. Me ha habéis dado para el pelo. Me alegro por vosotros, me encanta hacer feliz a la gente, soy un buen samaritano, un benefactor. Pero ya ¿eh?

Terminamos con risas, pique sano y fotos de conjunto. Carlitos y Marcos 1º y 2º en sub23, y Monte 2ª absoluta, gran resultado para el club.



Pese al sufrimiento y la agonía me lo he pasado bien. Repetiré en duatlón cross, pero trataré de elegir mejor la prueba, con un circuito de bici más "pistero" donde pueda exhibir mis cualidades de rodador, me da igual que mi bici no sea una 29", habrá que pedalear más rápido y más fuerte para compensar el menor diámetro de rueda, no queda otra. Me ha gustado mucho competir con tanta gente de mi club, lástima que al final se me hiciera tan tarde y no pudiera quedarme a las cervezas.

Felicitar finalmente a Luis Utrera y al resto de la Organización de e3, tengo que reconocer que les ha quedado un circuito de duatlón chulo, pese a algún defectillo que seguro subsanarán en el futuro.


Pues nada, habrá que entrenar también el maldito duatlón...esto es un sinvivir, señora.

miércoles, 26 de noviembre de 2014

REFLEXIONES DE UN (2x) IRONMAN


Lo primero de todo es felicitarme y daros las gracias porque he llegado a...¡¡10.000 visitas!! Me ha costado un año y medio, pero bueno, significa mucho para mí saber que alguien lee mis gilipolleces, la verdad.
Dicho esto, vamos a lo que nos ocupa.
Un mes ha pasado ya desde el ICAN Gandía, y muchas cosas han pasado en este tiempo. Un mes, algo más de 4 semanas en las que he podido descansar, reflexionar y madurar lo que ha sido una fantástica temporada 2014. Un año en el que el salto de calidad ha sido importante, pese a que aún hay cosas que mejorar, eso está claro. No diré muchas, pero sí importantes. En este 2015 que viene tengo que centrarme en mejorar dos aspectos básicos del triatlón de larga distancia: nutrición y carrera a pie. En ambos he fallado sistemáticamente en todos y cada uno de los “tris” de media y larga que he hecho en estos 2 años, y ya me vale la tontería. De hecho para mejorar en la carrera a pie tengo que optimizar la nutrición, si no de nada sirve que haga kilómetros y kilómetros desgastando zapatillas, si al final acabo con el estómago hecho puré, echando el hígado y quedándome sin gasolina en el momento más crítico.

¿Quiere decir esto que voy a descuidar la natación y la bici? Obviamente no, pero como explicaba un artículo reciente de la publicación TRIATHLETE MAGAZINE, la mejora esencial en el triatleta Ironman de carácter popular, de mitad de grupo, entre los cuales me encuentro, normalmente se da en el último segmento, en los malditos 42,2km últimos. Nadar mucho más rápido nunca va a suponer una mejora relevante en el total de un Ironman. Hablamos de 5 ó 10 minutos en un total de 10-12-14 horas, vamos, que no es significativo. Toda mejora cuenta, claro que sí, pero no es tan importante como hacer una buena maratón. Y una buena maratón se consigue NO caminando, algo que aún no he conseguido ni en medio Ironman ni en Ironman. Al final siempre he acabado andando, a veces más y otras veces menos, pero siempre he tenido que caminar. Y ESO SE ACABÓ, OIGA.

Lo mismo pasa con la bici. Por mejorar 20min, esto es 2-3kmh de media más rápido, puedes perder luego más de una hora corriendo, porque llegas fundido a la T2, sin piernas para correr. En la bici no lo puedes dar todo, eso lo tengo claro, al menos en ICAN Gandía esto último lo hice bien.

Por eso creo que manteniendo el nivel de este año en natación y bici, y centrándome básicamente en la carrera y en asimilar bien los nutrientes que han de soportar mis piernas durante toda la prueba y especialmente durante la maratón, aún puedo mejorar SUSTANCIALMENTE mi marca en Ironman. Hablamos de bajar de nuevo más de una hora. Si en Gandía el estómago no me hubiera explotado, tranquilamente hubiera podido hacer 40 ó 50 minutos menos, y eso sin apretarme en absoluto.

Y es que una vez reposado este mi segundo Ironman me doy cuenta de que en realidad fui “fumando” la mayor parte de la prueba. No me castigué en absoluto nadando, fui silbando en la bici y hasta el kilómetro 25 de la maratón no sufrí para nada, me notaba con piernas.

Y no veas cómo me jode ahora, colega.

“Mecagüen…”

En fin, ya no tiene remedio. Y no le quepa duda al lector que estoy más que orgulloso de lo conseguido, y con explosión estomacal incluida disfruté como nunca del triatlón. Pude hacerlo mejor, sí, pero el Ironman me acabó poniendo en mi sitio. Eso es así. Y el caso es que estoy muy contento con el sitio que me asignó, mucho, como bien resume la siguiente imagen. Sufrimiento, llanto y alegría, todo en uno.
 
 
Ahora toca centrarse ya en el 2015.

No acabo de bajar el telón de la temporada anterior y ya estoy en plena pretemporada de la siguiente. Habemus plan y objetivo prioritario: VITORIA TRIATHLON, distancia Ironman, of course. 7 meses quedan para la cita, que compartiré con Chema, y  que llegará esta vez más prontito en el calendario, el 12 de julio. Me guardo una bala en la recámara y ya veré si hay objetivo secundario en la segunda mitad del año. Bueno, objetivo secundario tengo claro que va a haber, lo que no sé es si atacaré un segundo IM o bien me decidiré por hacer mi primera maratón, a secas. Ya veremos.

Así que no hay tiempo que perder, estoy ya manos a la obra, aunque esta vez he intentado hacer las cosas bien y he conseguido desconectar y descansar durante tres semanas completas. Tres semanas de no hacer absolutamente nada de deporte. Nada de nada. Ha sido difícil, lo confieso, ha sido duro quedarse pastando en el sofá, disfrutando de uno o varios gintonics, pero he sido fuerte y lo he conseguido.

Aunque eso no quiere decir que haya desconectado del deporte.

He dedicado el tiempo para, además del gintonic, planificar mi temporada 2015, lo primero de todo. Y he decidido cambiar de entrenador. Del entrenador “virtual” y “remoto” paso al entrenador “presencial” y “”tangible”. Doy la bienvenida a mi vida deportiva a Dani Guerrero, el entrenador que este año ha guiado los pasos de mi buen amigo Iván Tejada. El éxito conseguido por Iván le avala, tengo que reconocérselo, así que en sus manos me he puesto desde ya mismo, a partir del 1 de diciembre, es decir, la próxima semana.

En estas tres semanas también he tenido tiempo de asistir a una Behobia en la que no tomé la salida, pese a estar inscrito, y que disfruté tanto o más como si lo hubiera hecho. Fue un placer acompañar a Rob, Chema, Iker y Luismi, así como a Luis Vega, que tuvo el honor de correr con mi dorsal (de su marca prefiero no acordarme, jejeje, aunque tiene mucho mérito correr 20K con una prótesis de cadera, las cosas como son).

¿Qué más ha pasado en estas tres semanas post-Ironman? Pues ha pasado que nada menos que 9 triatletas, compañeros todos del Club Triatlón La Sagra de Illescas, se han inscrito al ICAN Gandía 2015. Mi experiencia y la de Iván en la prueba de este año ha conseguido introducir el veneno del Ironman en la sangre de varios de mis compis de club, de modo que Medina, Alberto, Pablo, Fran, Noel, Luis, Asier, Rober y Miriam acaban de firmar su sentencia de muerte. O de vida, quién sabe. 8 futuros Ironman y una Ironwoman. Y todavía caerá alguno más, de aquí a octubre 2015, ya verás.

Tengo claro que el Ironman les cambiará la vida, como lo hizo conmigo, como lo ha hecho con Iván. Pero si piensan que el tema es fácil lo llevan claro, les espera un duro camino, a todos ellos, aunque a cada uno en diferente medida. Como me decía Iván, en privado, mientras contemplábamos asombrados como uno tras otro iban cayendo en la trampa y completando sus inscripciones al ICAN Gandía…

“…Estos bolos se creen que Gandía es cuesta abajo…”

No, no es cuesta abajo. Que no se equivoquen. Gandía son 226km, como todos. 3,8km nadando, 180km en bicicleta y 42,2km corriendo. Y una oportunidad única para estar increíblemente orgulloso de ti mismo el resto de tu vida.

Pero más vale que se pongan a entrenar. Desde ya.

jueves, 30 de octubre de 2014

IRONMAN 2: FULL ICAN GANDÍA 2014


Estoy contento, muy contento, así que hoy voy a empezar por los agradecimientos. El camino que te lleva a tomar la salida de un Ironman es largo, y uno no puede recorrerlo solo. Hace falta el apoyo, comprensión, ánimo y energía de mucha gente.

Gracias Ruth, por aguantar (un año más) mis delirios de flipatleta. Un año de robarte tiempo, de recortar vacaciones, de soportar momentos de bajón, lesiones y todas clase de contratiempos. Todo es gracias a ti, es justo reconocerlo, nada de lo que estoy haciendo es posible sin tu apoyo incondicional, gracias y mil veces gracias. El año pasado cometí la terrible equivocación de no entrar en meta contigo a mi lado. Este año he podido enmendar el error, y te prometo que, a no ser que me esté jugando el podio al sprint con Chema o Iván (que va a ser que no), volveremos a entrar en meta juntos. Un homenaje tonto, pero todo un homenaje justo a ti, mi queridísima "Ironmate".

Gracias amigos, gracias Kiko, Vane, Óscar, Nata, Rober, Isma y tantos otros que me apoyan, animan e incitan a seguir mejorando.  Gracias a todos a los que seguíais la prueba "online" por el grupo de whatsapp creado a tal efecto, me encantó leer después todos vuestros mensajes de ánimo.

Gracias a TODOS y cada uno de mis compañeros del Club Triatlón La Sagra de Illescas, en general no me merezco ni la mitad de los halagos con los que me obsequiáis, pero qué duda cabe que, aunque sea de mentirijillas, estos halagos me hacen sentir más fuerte y me crezco en cada brazada, cada golpe de pedal, cada paso que doy cuando compito. Os debo mucho de mi mejoría este año, querer nadar mejor que Kike, ser tan bueno en bici como Fran, correr como el cabrón de Alberto, el cojo...eso también os lo debo a vosotros. No me olvido de Medina y sus ruedas prestadas, una parte de ti también ha hecho el Ironman, tus Planet-X me hicieron volar en el segundo sector (por cierto me las han robado, jejeje). Tampoco de ti Fer, aunque finalmente no eligiera tus ZIPP tubulares por miedo a no saber que hacer con ellas en un hipotético pinchazo.

Gracias Chema por compartir mi pasión, mi locura y muchas horas de entreno juntos. Nos vemos el 12 de julio de 2015 en la salida del Ironman de Vitoria. Y pienso ganarte, aviso.

Gracias Quero, por guiar mis entrenamientos en la fase "importante" de mi carrera hacia este FULL ICAN Gandía, pero sobre todo, UN MILLÓN de gracias por dar con la clave de la terrible lesión de Aquiles que me ha estado torturando durante un año. Una simple frase, "cambia las putas zapatillas", y conseguí ver la luz al final de ese oscuro túnel de más de 365 días de frustración, dolor y desesperación. Tan sencillo, tan fácil, tan evidente...pero sólo tú fuiste tajante. Mil gracias José Manuel.

Jamás estaré suficientemente agradecido a Iker y Xilbi, algo más que primos, algo más que amigos, algo más que hermanos. Cruzarse, una vez más, media península, esta vez hacia el este, sólo para acompañarme el día de la prueba es a todas luces "masoca". Ya lo hicisteis en Lisboa y habéis reincidido en Gandía, y además sé que siempre que os sea posible volveréis a estar ahí. Sois increíbles, os quiero mil y me dais la vida en cada palabra, cada aplauso, cada grito de ánimo.

Gracias Iván, cabronazo. Por decidirte a hacer la prueba conmigo, por compartir muchas horas de bici juntos este año. Únicamente por intentar seguirte en cada entreno juntos he conseguido mejorar increíblemente sobre esa maldita máquina de tortura que es la bicicleta. Dale también de mi parte las gracias a Susana, tu mujer, por sus gritos de ánimo, su energía desbordante, por sus cervecitas y jamón con tomate cuando llegaba desfondado a tu casa tras horas intentando seguir tu infernal ritmo. Cuídala y hazle un regalo ASÍ de grande, porque se lo merece Y LO SABES.

Y a todos los que se me ha olvidado daros las gracias, pues también, MUCHAS GRACIAS. Sois muchos los que me habéis acompañado, de una u otra forma, este año. Pido vuestra indulgencia pues más de 12 horas (poco más, ¿eh?) de Ironman dejan a uno "desneuronado".

Y ahora vamos al lío. Toca hacer la crónica de una prueba que me salió cuasi-perfecta, casi, casi, casi como había imaginado. Bueno, en realidad fue como había imaginado, porque en el fondo sabía que, tarde o temprano, acabaría reventando en la maratón...pero no adelantemos acontecimientos.

 Según avanza la semana "definitiva" mis nervios van in crescendo. Sé que lo voy a hacer mucho mejor que el año pasado, salvo avería mecánica, lesión o "catacrack" total, pero entrenando como he entrenado este año, esto último no debería suceder.

Salgo con mis fieles "supporters", Iker y Xilbia el viernes al mediodía, Ruth no llega hasta el día siguiente por temas laborales.
El "pesao" de Iván ya está allí y me está agobiando con el "¿cuándo llegas, cuándo llegas...?" para recoger el dorsal juntos. Recogemos el tema, preciosa y muy útil la mochila que regalan con la inscripción, después de esto quedamos para la "pasta party", que en lugar de ser el sábado es ese mismo viernes. Verme rodeado de triatletas me genera emoción y nerviosismo a partes iguales, pero trato de concentrarme en los (2) platos de pasta hasta arriba que me esperan. Un paseíto para bajar la comida y al hotel cuanto antes, que mañana tengo que ir a buscar a Ruth a Valencia, pero antes quiero nadar un poco y echar un vistazo al circuito de natación.

El sábado a las 8.45 ya estoy en la playa, sin neopreno, y me lanzo al agua (bastante buena de temperatura) para hacer unos 1000m. Pruebo el Garmin que me ha prestado Chema, que vibra cada 100m. A los 500m doy media vuelta, y en 20 minutitos estoy de nuevo en la playa. Charlo con dos triatletas mientras me seco, resulta que los 3 hicimos el Iberman de Huelva el año pasado, y comentamos y echamos pestes del criminal circuito de bici (y de maratón) de la pruebecita del demonio. A esto llega Iván también para nadar, pero yo he de irme corriendo para Valencia, ciao Iván quedamos después de comer para hacer el check-in de bicicleta y bolsas de transición.

Recojo a Ruth en compañía de Xilbi, mientras Iker queda en Gandía y sale a correr 90min. Una vez de vuelta degustamos un espectacular arroz a banda con carabineros y después vuelo hacia el hotel para preparar todo.

Llegamos con tiempo a zona de boxes y preparamos todo, dejamos la bici en la zona de transición y la cubrimos con una bolsa que proporciona la Organización para protegerla de la humedad y el rocío de una noche a la intemperie.
En una carpa hay que dejar las bolsas para la T1 y la T2 con todo el material necesario para el siguiente sector. Esto es novedoso para mí, acostumbrado a la típica cesta bajo la bici donde hay que colocar todo. Me parece más cómodo y menos estresante hacerlo así que todo el mismo día de la prueba, como por ejemplo se hace en Lisboa. Colocamos todo, nos hacemos las fotitos de rigor y rápido a cenar y a la cama, que toca madrugón al día siguiente.


Consigo descansar entre 4 y 5 horas, y a las 4.30am ya estoy en pie para preparar todo lo relativo a hidratación y nutrición, siguiendo las directrices de mi entrenador. A las 6am me recoge Iván, junto con Susana y vamos en coche hasta la zona de transición. Aún de noche terminamos de colocar todo y hacer las últimas comprobaciones. Finalmente no utilizaré el Garmin de Chema, no lo he probado bien y paso total de que me genere estrés durante la prueba por no saber configurarlo. Voy con el mío, y si se acaba la batería en mitad de la maratón pues se acaba, total ya iré fundido por entonces y el ritmo y las pulsaciones me van a dar igual.

Poco a poco va amaneciendo, hace frío y estoy temblando, tanto que Susana me tiene untar de vaselina porque yo no puedo. Ya con el neopreno puesto enfilamos hacia la playa y entramos en el mar para probar el agua…bueno, y para desalojar también algo de líquido…

La salida se va a retrasar una media hora porque la Guardia Civil aún no ha dado el OK definitivo a los diferentes circuitos. Mientras tanto llegan Iker, Xilbi y Ruth y aprovechamos para hacernos fotos, bromear y relajar algo la tensión del momento.


Primero saldrán los pros, y 5 minutos después nosotros, los GGEE, con salidas diferentes para chicos y chicos en ambas categorías.

Alrededor de las 8am la suerte está echada…suena la bocina y, HALA, vamos al lío…

AGUA

Salgo detrás de Iván, pero como preveía se escapa rápido, y eso que decía que la natación se la iba a tomar con calma…ya le dije yo que ni de coña.

A los 100m me arrean el primer trompazo, las gafas se me descolocan y me echo hacia la derecha para arreglar el destrozo. Nada, sobreviviré. Enrabietado recupero la estela del grupo y voy pasando a la gente. Quizá voy algo demasiado rápido. El entrenador me dijo que los 1000m me los tomara con calma, así que aflojo un poco. En la cuarta boya giramos a la derecha y se supone que llevamos 1200m. Vistazo rápido al crono y clavo los 20minutos. Coño voy de puta madre. Los brazos terminan de soltarse y fuerzo un poco más el ritmo, aunque la alegría dura poco. De repente visualizo una medusa gigante y al ponerme en tensión se me suben los isquios, mierrrrrrrrda. Nada, no consigo soltar la musculatura, el corazón se dispara y encima pego un buen trago de agua salada, mayday, mayday, Houston tenemos un problema…

Cambio a nadar de espaldas y me pasa hasta mi abuela, aún así no consigo deshacer el nudo en mis piernas. Joder, joder, joder. Decido parar, recupero el aliento y poco a poco voy dando brazadas de nuevo, dejando las piernas muertas, sin dar patada. Este segundo tramo es un suplicio y se me hace eterno, no quiero mirar el crono para no agobiarme más de lo ya estoy. Me sigue pasando mucha gente, con lo bien que había salido, mierda.

Nuevo giro a derechas y enfilamos recto hacia el interior del puerto de Gandía. De repente el agua se vuelve terriblemente fría, fatal para mis calambres, no se te ocurra dar patada, Dani. Calculo unos 1000m hasta el final y decido darlo todo, solo con brazos y una levísima patada. Ahora sí miro el reloj y voy a estar entre 1h10 y 1h15, es decir, lo previsto, de modo que me relajo, objetivo cumplido. Me permito incluso el lujo de pararme a 50m del final para echar la última meadita marina, no quiero empezar la bici con la vejiga llena.

Salgo en 1h12, quedeputamadre, mi sonrisa se debe ver hasta en Madrid. Ahí está Iker, animando, y Ruth. Grito y cierro el puño, tomaaaaaaaaaaa….

T1

Relaja Dani, bébete el bote de isotónico que tienes preparado en la bolsa y tómate un gel. Sin ninguna prisa (vamos en mi línea de transiciones a paso tortuga) voy preparándome para la bici. 7-8 minutos a tomar por saco. Bueno, están presupuestados, no hay problema.

BICI

Agarro a BeBe (recién rebautizada, por Black Bullet, la bala negra) y despacito monto sobre ella. Saludo a mi afición y poso para las fotos.
Hago en plato pequeño y de forma relajada los 2kms iniciales por el paseo marítimo, hasta que una vez en la carretera que nos llevará hasta Cullera, me acoplo, enchufo el plato grande y….A VOLAR!!

Son 30km de ida y otros tantos de vuelta. Sopla el viento de cara según vas, de modo que volaremos a la vuelta…

Objetivo 30kmh de media, y pulsaciones en torno a 135ppm. No me cuesta mantenerme en dichas pulsaciones y la velocidad media supera lo previsto, así que aguanto así y a ver hasta cuando dura. Me cruzo con Iván que ya vuelve, va apretando los dientes el animal, vamos que la bici también se la está tomando de relax, ¿sabes?

Punto de giro, velocidad media 31kmh y doy la vuelta. Joer qué bien, ahora con el viento de culo voy a despegar…

Acabo la primera vuelta sin apenas enterarme, como si fuera de paseo. Voy comiendo y bebiendo según lo previsto, aunque el cóctel de 18 geles que me han ordenado tomar a sorbitos y que me ha de durar toda la bici es una pasta infame, un sirope de puro azúcar terriblemente dulce. Quizá deberíamos haberlo probado antes, ¿no, querido entrenador?

No veo a mis supporters al final de esta primera vuelta, deben estar desayunando, vaya paliza de día se van a pegar ellos también.

Velocidad media de la primera vuelta 32kmh. Joder, bueno, a ver hasta cuando dura, tú vigila las pulsaciones, Fonseca.

Vamos a por la segunda. El viento de cara ahora es más fuerte. Me sigo cruzando con Iván, que ya ni saluda, va dándolo todo, el maricón. Llego a la mitad, km90 en 2h55. El objetivo está al alcance. Vuelta y viento a favor, venga Dani, aprieta. Aquí ya los kilómetros empiezan a pesar, aunque voy razonablemente bien, ni una sola vez he pasado de 140ppm, y no he notado el picorcillo típico en los cuádriceps cuando vas forzando el ritmo. Sigo con el autochequeo cada pocos kilómetros, y todas las señales dan semáforito verde, vas bien Fonseca, vas bien. Segunda vuelta para la saca, 120km y sin noticias del señor del Mazo. Saludo a Ruth, Iker y Xilbi, no he visto a Susana, debe estar por ahí de todas formas. Iker pregunta que qué tal, y le digo que de puta madre, levantando el pulgar.

No puedo echar por la borda ahora una bici cuasi-perfecta por arañar unos cuantos segundillos al crono, voy a ritmo de 5h55, así que decido emplear esos 5 minutos de margen en vaciar vejiga, hidratarme bien en los avituallamientos y soltar piernas en la medida de lo posible. Vuelvo a acordarme de César en el km140, y me echo a llorar levemente. Son lágrimas de pura emoción, porque me veo tan, tan bien, tan fuerte y tan fresco que no me puedo creer cuan diferente es la situación con respecto al año pasado. Me alucina ver como he mejorado, me reconforta darme cuenta que tanto sufrimiento sobre la bici este año está viéndose recompensado. Tendrías que verme, César, tendrías que verme…

Se hace duro llegar al punto de giro en el km150, pero ya sólo queda “dejarse caer” los últimos 30kms y no forzar para nada. Voy a clavar las 6h de bici presupuestadas en mi escenario realista-optimista. Increíble.

Locura de gritos de mis sufridos fans, que saltan y animan como locos, qué alegría me da verlos así.

T2

Nueva transición que me tomo con toda la tranquilidad del mundo. No me pesan demasiado las piernas, pero fresco obviamente tampoco voy. Bebo iso e ingiero otro gel, al final no he podido terminarme el bote infame de geles sobre la bici, quizá el estómago es lo primero que me va enviando señales de “warning”…

CARRERA

Aquí empieza el Ironman de verdad. Salgo a correr al cumplirse las 7h40 de mi carrera. Voy en objetivo sub13 más que de sobra y quién sabe si incluso el sub12 está a mi alcance. Con una maratón de 4h20 lo conseguiría, es más que asequible, pero ya veremos, me da que en el estómago está la clave.

Primeros metros con sensaciones muy positivas, voy cubriendo los kilómetros a ritmo de 5min/km y con mucha fuerza en las piernas. Ingiero otro gel en el km4 y ahí empiezan los problemas. Cae a plomo y no me sienta nada bien…oh…oh…

Toca otro gel en el 8 y este cae aún peor, decido que de momento no voy a tomar más. Sigo corriendo entre avituallamientos y en estos aflojo y trato de hidratarme mientras troto o camino rápido.

Hace mucho calor, a ver si el sol empieza a caer y nos da un respiro.

Me cruzo con Iván, va volando, ya lleva la primera pulsera y está a punto de obtener la segunda, puff, me saca unos 13km, más de una hora, animalito.

Sigo corriendo todo el rato, menos en algún avituallamiento. Acabo la primera vuelta y me dan la ansiada pulsera. El resto de la maratón consiste en distraer la mente viendo cuántas pulseras lleva cada uno y si va mejor o peor que yo.

En la segunda vuelta el tema nutrición va a peor, hasta el km15 no consigo meter otro gel, y el líquido cada vez lo tolero peor. No puedo beber Iso, me da náuseas, el agua igual. Sólo puedo beber pequeños sorbos de Cocacola. Las cosas no pintan bien, Dani, y lo sabes. Para rematarlo doy una patada al suelo y la uña del dedo gordo derecho noto que se despega, a tomar por saco, otro Ironman que me puedo empezar a despedir de ella.

Empiezo a ir jodido de piernas, llego al km21 en 2h05. El crono va bien, voy en tiempo, pero el estómago…mal asunto. Recibo la pulsera roja, ya van dos, venga Dani. Le doy todos los geles que llevaba a Iker, ya no los voy a necesitar, porque mi estómago no los va a tolerar.

Desde ahí ya no puedo ni comer ni beber. 20km así es imposible aguantarlos Dani, vas a reventar tarde o temprano. Me mojo con agua en los avituallamientos, trato de acercarme el vaso a los labios, pero las náuseas son cada vez más frecuentes. Troto junto a uno del triatlón Iberia, que según vamos charlando se pone a vomitar, pues estamos bien, tranqui colega que yo no tardaré mucho en imitarte.

Me cruzo con Iván por última vez, viene llorando a lágrima viva. No te dé vergüenza llorar Iván, es normal, y además libera. Le doy la enhorabuena, va a hacer un tiempazo, calculo que poco más de 10h. ENHORABUENA IVÁN, TE LO MERECES, le grito. Entre sollozos escucho un entrecortado Gra….cias…Da..ni…

Menudo crack.

Vuelvo a lo mío. En el km29 mi estómago dice basta, y se me da la vuelta entera. Según intento beber un sorbo de agua el contenido de mi estómago decide salir él solito, sin preguntar ni nada.

Bueno, he durado un kilómetro más que el año pasado, algo es algo. Haciendo CaCos llego al final de la tercera. 3ª pulserita y vamos a ver como sobrevivimos a la última.

Le doy las gafas de sol a Iker, ya es de noche y bromeo con Iván, que ya me está animando, sobre sus lloros. Sonríe y se encoje de hombros. Me dice que le eche cojones y que ya solo me queda una. Cumplo 11h justas desde que salí.

Lamentablemente es imposible que haga la última vuelta en una hora, habiendo vomitado y sin comer y ni beber nada desde el km22.

Ahora ya solo puedo andar rápido, aunque aún tengo fuerzas, vacío, vacío del todo no estoy. Calculo 1h30 para esta última vuelta. Pues tío, Dani, qué más quieres. Está de puta madre, Fonseca, ni un pero, ni un lloro, ni un lamento. Vas a hacer una marca increíble, a pesar de todo.

Sigo haciendo CaCos, más Ca que Cos, pero bueno. En el km35 se me apaga el GPS, pues bueno, pues vale. En el km38 vomito de nuevo repetidamente. Otro triatleta da la alarma y acuden de los servicios médicos y de la Organización. Les digo que estoy bien, que me quedan 4kms y que no me voy a morir, que me dejen en paz. El de la Organización ve que llevo 3 pulseras, que ya termino y me dice “bueno, venga, vale, tira”.

Enfilo el paseo marítimo de vuelta por última vez, doy las gracias por todo a los voluntarios de un puesto de avituallamiento y les aplaudo. "Chapeau" a la Organización y al voluntariado, me ha encantado la prueba, pocos peros puedo poner, más bien ninguno, sólo espero que mantengan el nivel en próximas ediciones, porque desde luego este FULL ICAN Gandía puede convertirse en una prueba de referencia en el calendario nacional en distancia Ironman. Los voluntarios me vitorean y hacen que me ponga a llorar, me giro y salgo corriendo para evitarme otro mal rato de lloriqueos.

A falta de 3km camino junto a Marco, del Clavería. Resulta que también conoce a Rafuky, Rafa Morán, del que ya he hablado en alguna ocasión. Caminamos juntos 2km y así se hace más amena la recta final. A falta de 1km él decide volver a correr, pero pincha y soy yo el que finalmente me armo de valor y afronto los 800m últimos al trote. Iker me está esperando en una esquina. Normal, con los vómitos y la flojera me he demorado más de lo previsto y ha salido a buscarme preocupado.

Iker corre a mi lado y abordamos la contra-recta de meta, con mucho público gritando, jaleando y aplaudiendo. Me pongo a llorar. Le digo a Iker que avise a Ruth para entrar juntos ella y yo en meta. Recibo mi última pulsera y grito de alegría.

Cojo a Ruth de la mano y afrontamos los últimos metros juntos. Cruzo (cruzamos) el arco en 12:22:14. Ruth me levanta los brazos en señal de victoria. Lloro a rabiar.

“Si se cree, y se trabaja, SE PUEDE” (Diego Pablo Simeone)

NOTA: Reflexiones, conclusiones y valoración final de mi participación en la prueba en un próximo post.

domingo, 5 de octubre de 2014

SERTRI MADRID 2014, EL INICIO DEL ROMANCE

Regreso al lugar donde todo empezó. Casa de Campo, Sertri.

Aunque hay que remontarse un poquito más atrás. En junio de 2012 estoy viviendo en San Francisco en la ¿calurosa? California por motivos laborales. Resido en La Marina, a escasos metros del puerto deportivo y con una privilegiada vista de la bahía de la ciudad, con el Golden Gate Bridge al fondo. Todas las mañanas salgo a correr por Marina Green, el parque enfrente de mi casa, en dirección a Crissy Fields y el archiconocido puente. Un buen domingo de ese mes de junio me despierto bien temprano (aquí amanece incluso antes de las 6am), escuchando jaleo, música y megafonía a todo trapo. La razón tenía un pegadizo y sonoro nombre:

ESCAPE FROM ALCATRAZ TRIATHLON

Me ducho en milisegundos y salgo a disfrutar del evento. Marina Green se ha convertido en una gigantesca zona de boxes donde cientos, que digo cientos, miles de bicicletas inundan el cuidado césped de dicho parque.

Los triatletas se lanzan a las heladísimas aguas de la bahía desde el San Francisco Belle, el típico barco de vapor de las películas (aunque supongo que ya no es de vapor), en las cercanías de la isla de Alcatraz, hasta alcanzar la playa por el puerto, recorrer una larguísima transición de yo diría más de 1 km hasta Marina Green, donde recogerán sus bicicletas. Luego les espera un duro recorrido en bici por Presidio Park y las no menos famosas colinas de San Francisco, para finalmente emprender el tramo a pie corriendo por el paseo marítimo, la playa e incluso la temida "Sand Ladder", criminal tramo de escalera de arena en la playa en la que la gente ha de ayudarse agarrándose de las cuerdas a modo de pasamanos.

Ni que decir tiene que me lo pasé como un enano y que en ese preciso momento me dije:

"Yo tengo que probar esta mierda".

De vuelta en España tardé "cero coma" en apuntarme al club triatlón La Sagra, en Illescas, a sugerencia de Rober. Y con escasas 2/3 semanas de preparación me presenté en la salida del Sertri, distancia sprint, a finales de septiembre de 2012.

El resto ya es historia. La marca fue un desastre, me desfondé nadando, hice el ridículo en bici y padecí lo indecible en la carrera a pie. 1h y 52min después de tomar la salida me enamoré de este deporte irremediablemente.

Así que ayer volví al lugar de los hechos. Bueno, al escenario en cuestión, la Casa de Campo, ya había vuelto varias veces, pero en triatlones bajo otras denominaciones, que si el Wild Wolf, que si el Skoda, BDream, etc, etc.

Sertri, el triatlón popular en Madrid por excelencia. Muchos eligen esta prueba para debutar.

Hace frío, he llegado pronto para acompañar a Noel, que sale (casi) una hora antes que yo. Me reúno con Chema y par de amigos suyos, Roberto y Óscar, este último debuta hoy. También está por aquí César, un recién llegado a mi club, que re-debuta, tras haberlo hecho en 2008 ó 2009 pero no haber continuado.

Con media sonrisa irónica y casi con ternura voy dando instrucciones a los novatos, que asisten nerviosos a mis explicaciones. Todos hemos pasado por esto, pero me sigue haciendo gracia.
En zona de transición me abrazo con mi buen amigo "el Seco", David. No, no es que sea un amargado, de hecho es un sevillano graciosísimo con el que no puedes parar de reír, "Seco" es simplemente uno de sus apellidos. Otro que debuta. Los días previos me ha abrasado el whatsapp con preguntas sobre zapatillas, neoprenos y temperaturas del agua.

¿Seguro que el agua no está fría, "quillo"?

Seguro, relájate, el neopreno no está permitido, así que el agua estará estupenda.

Salimos todos juntos en la misma tanda, la de los "puretillas" de 40 para arriba. Chema, David, Roberto, Óscar y un amigo de David, Álvaro (que también debuta).

César lo hará dos minutos antes.

Me entrevista "la tele" instantes antes de la salida, momento que recoge la fotografía, con Óscar haciendo el moñas frente a la cámara.




En sus marcas...¡YA!




Vamos al lío, salgo fortísimo, como ya es habitual últimamente, y me pongo en cabeza destacado. Me flipo y fuerzo el ritmo, joder voy el primero. Por "flipao" me tiro unos minutos sin levantar la cabeza y me he desviado a derechas una barbaridad, "mecagüen...". Corrijo el rumbo pero ya me han pasado varios, aún así nado tranquilo y sin golpes. Ya no voy el primero, pero sigo delante, fijo. 14:20 de parcial, joder, qué mierda, recorro la T1 cabreadísimo, veo a Elena, la mujer de Chema, y poso para la foto...



Están casi todas las bicis en  sus puestos, bien. También está la de Chema, aunque justo cuando descuelgo a Nekane le oigo gritar "Vamos, Fonseca". Vaya, le tengo justo detrás. Chema me adelanta bien prontito e intento seguirle, pero nada, me va a reventar y yo aún tengo un duro fin de semana de entrenamiento por delante. A lo tuyo, Fonseca.



Se nota que el Sertri es muy popular, y que muchos lo hacen con bici de montaña. Ruedo solísimo todo el sector. Asisto con terror y cierta indignación a la caída de un (inconsciente) competidor, el cual se suelta de manos en su MTB para morder la correspondiente barrita energética...pero mira que eres tonto chaval. Esto no es el camino de tu casa, y no vas solo. Estamos a punto de colisionar varios con él, afortunadamente consigo esquivarle de milagro, aunque me marco una derrapada a lo Kevin Schwantz que flipas.

Voy algo mejor de piernas que hace dos semanas, aunque tampoco te creas que mucho mejor, salvo la bici arañándole quizás un par de minutillos al crono con respecto a entonces.

Desmonto elegantemente a lo "pro", y vuelo hacia la T2.



Escasas bicis ya aparcadas en la zona de boxes correspondiente a nuestro grupo de edad. Visualizo la de Chema, la de Roberto y la de un tío con coleta que se estrenaba, dorsal 616 (yo soy el 617) y con el que he charlado un rato antes de la salida. Joder, pues para ser el primero vaya ritmo que lleva, el "pájaro". Bueno, me había dicho que era ciclista, así cualquiera...

Me calzo las Zoot Ultra Race, visera Ironman y salgo disparado a por el último tramo. Noel me canta "5 minutos" con Chema. Ya, ya me imagino. Cabronazo, hasta las narices estoy de que me sobe el morro.

Aquí sí me encuentro más fino que hace dos semanas. El ritmo es descaradamente mejor, sin ser espectacular, pero las sensaciones son buenísimas. Me cruzo con Chema, joder él sí que va como un avión. A lo tuyo, Fonseca, a lo tuyo.



Dudo si "enchufarme" un gel, que llevo guardado en la pernera del mono, pero finalmente paso, es de los "pastosos" y lo mismo me sienta como un tiro. Aprieta los dientes Dani, y tira con lo que tienes.

Rebaso a todo Cristo. En este tramo final se ve el marcado carácter popular del Sertri, la gente va frita, tiesa. Muchos se habrán desfondado en la bici, cuyo recorrido es duro, y en la carrera lo pagan.

Primera vuelta en 10min y poco. Joder, demasiado bien, aunque me da que el recorrido está recortado. Noel, Elena y la hermana de Óscar me animan. Vamos a por la segunda.
Vuelvo a cruzarme con Chema, y justo detrás va Roberto.



Hoy voy a apretar, no me voy a dejar llevar como hace dos semanas. Sigo adelantando a mucha gente, me cruzo con Seco cuando me queda menos de un 1km para terminar. Va sonriendo, parece que está disfrutando, ¡bien!

Rápido vistazo al crono, puedo bajar de 1h27 y de 20 minutos el parcial de carrera a pie. Otra vez aprieto.

Cruzo la meta en 1h26:52 y 20:00 de parcial a pie. Bien (aunque la carrera está descaradamente recortada, no he corrido a 4:00/km ni de coña).

Chema confirma que su Garmin marca 4.5km, no los 5km previstos. Eso ya me cuadra más.
Intercambio de impresiones con Noel, Roberto y Chema mientras esperamos que vayan llegando los demás.

Van cruzando la meta César, Seco y Óscar, nos hacemos foto de grupo mientras aguardamos la entrada de Álvaro, el último que queda.



¿Y ahora qué? Vamos a tomarnos unas cervezas ¿no? 

Pues, venga, vamos. Me encuentro con el novato de la coleta, el "ciclista", le pregunto que qué tal el debut...

Bien, contento, 1h17, he nadado en 11 minutos...

"Amossss no me jodas, has hecho podio en tu (mi, nuestro) grupo de edad, chaval"

¿Qué dices?

Quedó el primero. Dorsal 616. Manda cojones.

domingo, 28 de septiembre de 2014

TRIATLÓN POPULAR CASA DE CAMPO DE MADRID 2014

Nada más volver de vacaciones, me “obliga” Chema a apuntarme al triatlón popular que se organiza en la Casa de Campo de Madrid con motivo de la Copa de Europa que se celebra en dicho escenario el fin de semana del 20-21 de septiembre.

No tenía previsto,  en principio,  competir más hasta el IM de Gandía, pero bueno, tomar parte en un tri sprint un sábado tampoco es que trastocara demasiado mis entrenamientos, además cada vez me gusta más competir, sea en la distancia que sea.

Le pido permiso a mi entrenador y éste me da el “ok”, siempre y cuando no varíe el plan previsto para el resto de la semana y pare ante cualquier alarma que mi cuerpo envíe.

Para rematar la faena consigo liar también a Iván, mi compi del club, que también hará el IM de Gandía conmigo.

Así que allí que estamos el sábado 20, madrugón al canto, las piernas tiesas del duro entrenamiento del día anterior, por lo que preveo una competición dura, al menos espero que las “patas” me aguanten el sector de natación y no aparezcan los calambres.

Nos reunimos Iván y yo con Chema, recién abierta la oficina de carrera. Pronto el primer lío, el dorsal de Iván no aparece. Le asignan otro, junto con un papel “guarrindongo” a modo de justificante para que pueda entrar en la zona de transición, ya que claro no aparece en los listados.

En zona de boxes nos entretenemos charlando y saludando a conocidos y amigos varios.



Coincidimos con Ramón, mi fisio, que también va a participar en la prueba. Como siempre me pilla el toro salseando y haciendo el idiota.


Nuevamente toca salir corriendo para dejar la mochila en el ropero y llegar hasta el lago.



El día ha amanecido fresco y el neopreno está permitido, genial, menor probabilidad de que aparezcan los temidos calambres.

Los tres, Iván, Chema y yo, salimos juntos, con gorros amarillos, en la 2ª tanda, a las 9:32.



Como en Zumaia, decido salir fuerte, y sorprendentemente me veo encabezando la prueba hasta casi llegar a la primera boya. Me asusto un poco, lo vas a pagar Dani, así que aflojo y poco a poco me van rebasando algunos competidores, pero no demasiados. La táctica me ha servido para evitarme muchos, muchos golpes, así que con una sonrisa en la cara llego hasta la segunda boya tras rodear la embarcación situada en el lado contrario del lago y enfilo la larga recta que nos ha de traer de vuelta al pantalán. Aquí ya me empiezan a fallar las fuerzas, pero únicamente visualizo a dos o tres triatletas que me rebasan con gorro negro, los que salían 2 minutos después de nosotros. Por el contrario he superado a mucho competidor con gorro rojo, los que nos precedían.

Ha ido bien, estoy seguro. Planto el pie sobre el pantalán en 12:58 y segundos después suena el “bip…bip…bip…” de mi chip, dando por concluido el primer sector. Estoy torpe como siempre intentando deshacerme del neopreno mientras recorro la larguísima T1. La bici de Chema (y muchas otras) siguen ahí cuando yo abandono la zona de transición. Justo cuando salgo de la zona veo llegar a Chema.

Toca sufrir en la bici. El cansancio acumulado de toda la semana de entrenamientos y el apretón que me he dado en el agua van a pasar factura. Efectivamente me noto sin ritmo en las piernas, voy tieso. La primera subida a Garabitas es un suplicio, y en la consiguiente bajada voy tiritando, aún con el cuerpo mojado. 16 minutos esta primera vuelta.

Al principio de la segunda vuelta me rebasa Chema, trato de seguirle, pero ya sé que me va a ser imposible, en Garabitas se me escapa, una lástima. Repito parcial en 16 minutos.

A por la tercera Dani, que no decaiga el ánimo. Subiendo por última vez Garabitas charlo con un compadre, me comenta que se estrena en triatlón y a duras penas soy capaz de seguirle, hay que joderse. Como cada vez que me ha rebasado alguien me digo a mí mismo que ellos no han entrenado a muerte el día previo y los anteriores. Quien no se consuela es porque no quiere. Otros 16 minutos en esta última vuelta, qué precisión.

Descabalgo de Nekane en plan PRO, descalzándome en marcha y corro por la T2 hasta visualizar el cartelito con mi dorsal, el 1111, gracioso número. Suelto la bici, me calzo las zapas sin calcetines, agarro un gel y a correr se ha dicho.

En carrera voy de menos a más, con amago de calambres nada más salir, aunque consigo evitarlos con una breve parada para vaciarme un botellín de agua sobre la cabeza. Continúo y me cruzo con Chema primero e Iván después, aunque este último va por delante, me digo. Como bufa y aprieta los dientes, el salvaje. Va como un tiro. Tengo que apretar para terminar mi primera vuelta antes de que me doble, faltaría más.

No voy bien, me noto torpe y lento, aunque consigo mantener ritmos en torno a 4:30/km. No me voy a vaciar inútilmente por ganar unos segundos, así que mantengo velocidad de crucero siempre con el objetivo de bajar de 1h30, cosa que tengo a mi alcance.

Animo a Ramón, el fisio, que empieza su primera vuelta a pie cuando yo enfilo mis 2km finales. Controlando el crono para no cagarla con el tiempo al final voy disfrutando de mis metros finales, animando al resto de triatletas y chocando manos con el público asistente. En recta de meta veo a Chema que me anima, subo el ritmo “ma non troppo” y cruzo el arco en 1h29:42, que no es una marca estratosférica, sino más bien de lo más normalita. Aún así estoy contento, he nadado bien, en bici he sabido sufrir y he corrido sin dolor, qué más puedo pedir.

Me reúno con Iván y Chema, el “carasucia” (tiene toda la cara negra y llena de grasa, ya que se le ha salido la cadena de la bici en plena prueba). Intercambio de pareceres y Chema que nos abandona con prisa, compromisos familiares, ya se sabe.

Me quedo con Iván a reponer líquidos y terminar de comentar la jugada.



 Iván bromea con la posibilidad de que haya hecho podio en su grupo de edad (que por cierto también es el mío). Yo le digo que ni de coña, pero una vez publicados los resultados resulta que no estuvo tan lejos, ya que quedó 6to, a escasamente un minuto del 4to, por ejemplo. Qué máquina el tío.

Gran día de triatlón en la Casa de Campo, habrá que repetirlo en cuanto se pueda.