miércoles, 10 de enero de 2018

100% CTLR


2017 fue un año raro. Eso de entrenar con un club y competir con licencia de otro distinto seguramente no fue una gran idea, aunque sí me sirvió para darme cuenta de cuál es mi sitio.


Yo soy de aquí, de “Madrí”, y además ya sí puedo decir que soy MUY del Club Triatlón Las Rozas, 100% CTLR.

En 2016 escribí que me gustó mucho el “método Maribel” con el que abordé el Ironman Lanzarote ese año. El resultado no terminó de reflejar lo que Maribel y yo mismo hubiéramos deseado, claro está, pero eso seguramente no es achacable al método y sí a mi incapacidad estomacal maratón de Ironman tras maratón de Ironman. No hay “Maribel” en el mundo que entienda mi estómago, y por eso para 2018 decidí NO HACER DISTANCIA IRONMAN, no tiene sentido penar en modo “walking dead” un año tras otro.
Así que 2016 fue, digamos, mi toma de contacto con el CTLR, gracias a Rafa y su proyecto “Lanzarote 25 aniversario”. Así conocí a Maribel Blanco como conocí a varios socios del club, Amaya y Alberto (por alusiones), Joserra, Nieves, Javi Ramos, etc etc etc. Muchos de ellos son hoy mis amigos, así os considero yo, no seáis cabrones…espero que sea recíproco, ¿eh?, tienen por tanto parte de culpa de que hoy esté escribiendo este post.

2017 y mi “modelo híbrido” sirvió también para darme cuenta de que, además de un método que tenía pinta de funcionar, había una gente increíble detrás de las siglas CTLR. Un Equipo Técnico envidia de muchos clubes a nivel nacional, una Directiva seria y comprometida, un nivel competitivo acojonante sin elitismos ni tonterías y unos socios que realmente disfrutan entrenando y compitiendo juntos. Encajé bien, después de todo, cosa rara, porque ya se sabe que soy algo tímido e introvertido…

Mediada la temporada tenía claro que en 2018 tocaba decir adiós al AtSS y continuar mi aventura en el triatlón como miembro de pleno derecho del CTLR, había encontrado MI SITIO y MI GENTE:




Para rematar el asunto en octubre-noviembre pasado Alberto, el Presi, me sugiere implicarme un poco más en el Club formando parte de la Directiva, como Tesorero, dado que el puesto va a quedar próximamente vacante. Me preguntó si sabía sumar y restar como condición previa y le dije que sí, que había estudiado en un colegio de pago. Salvado ese pequeño escollo el ofrecimiento estaba hecho, ni que decir tiene que le dije que sí inmediatamente. Además el muy ladino me lo ofreció tras una comida de los LANZAROTE FINISHERS regada con abundante vino y algún que otro licor, aprovechando el momento de exaltación de la amistad, así que el “SÍ, QUIERO” estaba asegurado. Eso es hacer trampas, amigo Alberto.

Por supuesto mi elección estaba condicionada a la aceptación de la futura nueva Junta Directiva por parte de los socios en las elecciones a celebrar a principios de 2018, pero seguramente la de Alberto como Presi, Joserra como Secre, Fonseca Tesorero, Sandra y Fernan vocales sería la única candidatura (como así fue), así que mal se tenía que dar…

Como diría M.Rajoy, ser tesorero no es cosa menor, es más, es cosa mayor. Ser tesorero implica mucho curro, gestionar adecuada y diligentemente todos los cobros de cuotas de socio, pago a empleados y proveedores, reporting a gestoría, viajes, subvenciones, patrocinios…en un club con 200 socios y mucha, mucha actividad. Pero encantado de la vida oiga, mentiría si dijera lo contrario.

En fin, que 2018 será un gran año en lo deportivo (resultados aparte), de eso estoy seguro, pero en lo humano sé a ciencia cierta que va a ser un año increíble. Me esperan muchas competiciones, también por equipos (cuánto he echado de menos este tipo de pruebas estos últimos tres años), pero sobre todo me aguardan multitud de vivencias enriquecedoras junto a esta “encantadora gentuza” CTLR, que ya está bien de entrenar solo y ser un huraño, algo tiene de razón Alberto cuando dice que el Ironman nos vuelve un poco gilipollas.

Lo dicho, 100% CTLR…y lo que te rondaré, morena.