viernes, 21 de julio de 2017

TRIATLÓN "SHORT" DE RIAZA 2017

Lo primero de todo...post NÚMERO 100 de este mi coñazo-blog. Parece mentira, pero lo he conseguido, he sido capaz de completar 100 gilipolleces en estos casi 4 años y medio.


INCREÍBLE-BLE-BLE (gracia solo para "frikis" de Ford Fairlane).
Dicho esto, vamos con lo que nos ocupa:
No pensaba competir más hasta IM Copenhague, pero coincidió que mi mujer quería irse el fin de semana a la playa con “sus bichitos” (los hijos de mi-muy-mejor-amigo-Kiko), y me dejaba quedarme en Madrid para entrenar.
Y oye, un triatlón sin drafting, para poder sacarle jugo a mi SpeciaLime, a poco más de 100 kilómetros de Madrid…era una oferta irrechazable. Luego descubrí que había que subir 2 veces en bici a la estación invernal de la Pinilla, así que más que sacarle jugo…el circuito me iba a exprimir él a mí, pero bueno, nunca me gustaron las cosas fáciles.
Elegí la distancia “SHORT” (900-41-9), por tomármelo como entreno de calidad del que pudiera recuperarme en pocos días, frente al “HALF” que me dejaría frito con seguridad toda la semana siguiente y quizá algo más. Matete, la jefa, estaba de acuerdo, y así planteamos la semana de entrenos, como una semana normal, sin apenas descanso, y un buen calentón para el domingo.
Como estoy solo decido también viajar el día antes y alojarme en un hotel rural que me ha recomendado Fuentes, compi del CTLR que también hace lo propio, pues mira, buena idea, así no hay que pegarse el súper-madrugón.
Paso una noche previa de auténtica mierda, nunca mejor dicho, porque algo me ha sentado mal y no hago más que visitar al Sr. Roca, pues sí que estamos “apañaos”, en fin, veremos que resulta de todo esto…
¡¡AL LÍO, SEÑORA!!

AGUA


Con tiempo suficiente y sin “estreses” dejo todo colocadito en el embalse de Riofrío, sitio espectacular,  por cierto, me inserto en el neopreno y a calentar en el agua, patos.
Fresca, que no fría, ideal de la muerte, claro que sí, guapi.
Caliento 5-7 minutos y trato de coger posiciones delanteras en la salida. Se sale desde dentro del agua, cosa que odio sobremanera, arrancar de parado es para mí un suplicio y siempre se me da fatal.
Bocinazo y LA GUERRA. Horrible, espantoso, no consigo tocar el agua con mis brazos, las 15 primeras brazadas solo palpo culos de neopreno, soy empujado, zarandeado, golpeado…
Nivel de estrés máximo y el corazón que se me sale del pecho, soy incapaz de hacerme hueco y ni siquiera puedo salirme de la almadraba, totalmente encerrado en el centro del matadero.
Como en Medina de Rioseco hace 2 años estoy a punto de llorar como un niño, una presión horrible en el pecho, un ataque de ansiedad en toda regla y la imposibilidad, física, real, de respirar. Pasas a visualizarte inerte en el fondo del embalse, completamente paralizado, rígido.
Se acabó, estoy fuera, no puedo más…
¡NO! Espera un poco, Fonseca,  suelta un par de hostias, sal de aquí, para un instante, sosiégate y ahí luego decides.
Eso hago, agarro con ambas manos al que tengo a mi derecha, le paso por encima, a la vez que le hundo suficientemente, lo siento majo, es cuestión de supervivencia…
10-15 segundos a espaldas, lejos de la pelea y decido reincorporarme furioso. Suelto un par de codazos más al llegar a la primera boya y oye, mano de santo, la sorteo sin problemas y de repente veo un pasillo enooooooorme que tiene mi nombre.
De estar fuera a verme deslizando cual delfín en cuestión de un minuto, adelantado rivales a decenas, manda narices, señora.
Pillo un grupo de 4-5 unidades, me coloco en el centro y marco mi territorio abriendo codos, somos pocos, vamos a llevarnos bien, ¿eh?…
Y así hacemos, últimos 300-400 metros acojonantes, dándolo todo.
16 minutos “pelaos” y estoy fuera del agua. No es espectacular, pero dadas las circunstancias puedo estar más que contento, puesto 66 de más de 300.
Con lo que no estoy contento es con mi T1, se me enreda el neopreno y tardo la vida en quitármelo, qué desastre.
En la T1 veo a Loren, que ha sido el único del CTLR por delante en el agua. Loren es un llorón de primera, va de humilde, un lobo con piel de cordero, menuda bestia compitiendo. Javier Arenas y Fernan también me adelantan en la transición debido a mi torpeza manifiesta en el proceso de "desneoprenización".

BICI

Tramo de enlace con una 1ª parte peligrosa y de carretera mala en la que decido no arriesgar nada. Luego ya en la carretera “buena” hasta Riaza desato mi furia y exprimo la cabra al máximo, hasta el punto de casi pillar a Fernan en el punto de giro.
Luego sé que no tengo nada que hacer, la carretera pica para arriba poco a poco hasta comenzar la subida a la Pinilla, 4-5 kilómetros de subida no especialmente dura, pero donde me adelanta hasta mi abuela, gracias a mi “especiales” dotes de escalador y mis 90 kgs. Pese a ello trato de sufrir lo máximo posible, sobre todo cuando Bea Bernáldez también me pasa, hasta ahí podíamos llegar, guapa. Antes lo había hecho también Almodóvar, que esta vez SÍ SALUDA… ;)
Me pasa David Abellán, exCTLR, que me saluda al grito de “¡Vamos, esos roceños!”. Otro que me adelanta es alguien que al principio no reconozco, y que además me llama por mi nombre “Vamos, Fonseca”, imposible que me haya visto el apellido en la equipación, lo llevo por delante y este pájaro viene de atrás…me conoce de algo y no caigo, ¿quién coño es este tío?...
Ya en meta descubriré que se trata de Diego, Diego Bas, aquel que me saludó en el tri de Valmayor 2015, la primera "persona humana" que me reconoció ser lector de mi blog sin yo conocerle de nada, el mismo que me dijo que era “una gran esperanza para los gorditos”. Pues un placer saludarte de nuevo, Diego, y que no se te ocurra ganarme otra vez, majete.
Voy cruzándome con el resto de compis, Loren, Arenas, Fernan…que cada vez me sacan más distancia, mientras me preparo para “lo mío”, que es lanzarme a tumba abierta en los 9 kilómetros de bajada que tocan a continuación.
Lo malo y lo peligroso de ser un gordito es que sabes que la bajada te favorece, y mucho, y tienes que sacarle partido a costa de tomar más riesgos de los necesarios. Cualquier día me “fostio” y me hago pupa, pero…no queda otra.
Arraso a muchos de los que antes subían gráciles y ufanos, y ahora claudican ante la inercia salvaje del gigantón Fonseca. Bea es superada también, of course, faltaría plus.
Nuevo giro y vuelta a sufrir, y Beíta, la madre que la fundió, que vuelve a sonreír cuando me adelanta, esta vez no me dará tiempo a deshacer el entuerto, ni suicidándome en la bajada.
Me he empleado demasiado en la 1ª vuelta, tanto subiendo como bajando, y toca sufrir de lo lindo, eterna segunda vuelta, en la que paso a tomar referencias con Javi Fuentes, al que parece que mantengo por detrás más o menos a igual distancia todo el rato, aunque TAMPOCO será suficiente corriendo, me temo, tiene mejor sector a pie que yo.
De todas formas me he divertido mucho otra vez en la bici, cada vez mi cohete pistacho y yo estamos más compenetrados. Nos queda cabalgar juntos en la batalla definitiva de Copenhague en apenas 1 mes.

CARRERA

T2, esta vez más eficiente y ¡a correr!
Pues sí que me he apretado en la bici, sí…
Salgo bastante tieso de la transición y además el 1er kilómetro y pico es ligeramente para arriba, y “la caló”, nena, que no veas como aprieta ya a estas alturas. Me cuesta mantener el ritmo por debajo de 5’/km, mientras pido que me empapen con una manguera para refrigerar mi cuerpo que no lleva ni 10 minutos corriendo y ya arde.
Me despierta del letargo y sopor veraniego Iván, que me adelanta tocándome el culete mientras se ríe. Iván está haciendo el HALF y será mi compañero de fatigas Ironman una vez más en Copenhague, 3er Ironman que acometeremos juntos.
Trato de seguir el ritmo de Iván, no lo consigo pero al menos me sirve para espabilar un poco en la larga bajada que nos trae de vuelta al pueblo de Riaza. Está chulo el recorrido a pie también, algo solitaria la 1ª parte, más acogedora después, atravesando el casco urbano y corriendo por el agradable césped del enorme Parque del Rasero, donde se encuentra la T2 y la Meta.
Veo a Nacho Regidor y Susana, compis CTLR, que han venido a animar a un familiar y de paso a los integrantes del Triatlón Las Rozas que allí competimos.

Al término de la 1ª vuelta una juez me lía con extrañas indicaciones en plan:
“Izquierda 1ª vuelta ras, ojo se cierra…”
O más bien era algo como:
“Izquierda, izquierda, derecha, derecha, delante, detrás…1,2,3…”
Yo no sé si bailar la Yenka o qué hacer…total que me tropiezo con un cartelón y me voy al suelo…
El público allí presente me aclama…
Ya te vale Fonseca, te has cubierto de gloria, no tenías otro sitio para “fostiarte” que en plena zona de meta, donde más gente hay. Zorionak, txapeldun.
Me incorporo torpemente, me limpio de arena y briznas de hierba, miro a la juez con algo de rabia, sacudo la cabeza con resignación y tiro para adelante, qué remedio.
Paso por el centro de Riaza, el calor ya aprieta pero bien, con el sol reflejando en los adoquines, que devuelven fuego.
2ª vuelta y tocará sufrir, además se me está formando una ampolla en el pie derecho que termina por estallar y ponerme la zapatilla perdida de sangre.
Paro a evaluar daños un momento, el dedo gordo pinta mal pero sobreviviré los 4kms que me quedan, justo ahí me adelanta Javi Fuentes…pues nada, ya estoy último en el ranking CTLR masculino de hoy (más Bea, que también va por delante).
Enfilo de nuevo el largo tramo de bajada y parece que recupero algo de fuerzas, el último gel que me he enchufado parece que empieza a hacer efecto, subo el ritmo en los 2 kilómetros finales y voy recogiendo algún cadáver que otro, motiva acabar con buenas sensaciones y aprovecho para exprimirme un poquito más.

Entro en meta en 2h28, puesto 141 de más de 300, el 30 de más de 100 en V1M (un tercio de los participantes éramos por tanto “viejóvenes”).

Empiezo a acostumbrarme a quedar en la 1ª mitad de la tabla, cosa que no siempre sucedía y voy mejorando mis parciales en bici, donde tradicionalmente pincho y quedo muy retrasado. Esta vez, pese a ser un circuito claramente desfavorable, he vuelto a quedar también en la 1ª mitad en bici, aunque la carrera a pie no ha sido tan buena.
Ese es, a día de hoy, mi nivel: MITAD DE TABLA. Pues bueno, pues vale, se acepta y se ASUME, seguiremos trabajando para mejorarlo poco a poco, partido a partido.
Buenas cervezas post-meta departiendo relajadamente con compañeros, amigos y rivales y vuelta a casa con cara de satisfacción, me ha gustado mucho este triatlón de Riaza, VOLVEREMOS.


domingo, 9 de julio de 2017

HALF NORTHWEST TRIMAN AS PONTES

De vez en cuando te quedas con alguna frase que alguien suelta y que te deja más o menos marcado. No me refiero a grandes citas de personajes históricos, frases de Paulo Coelho vistas en Facebook o las que encuentras en azucarillos y galletas de la suerte. Son frases normales dichas por gente normal, en un determinado contexto y que, de repente, activan cierto resorte en tu cerebro, te quedas con la copla y acabas dándole vueltas durante horas, días y quizá meses.


En este 2017 el lema que guía mi temporada es:
“Hay que aprender a asumir cada resultado y disfrutar de cada competición”.
Parece una obviedad, incluso la segunda parte de la frasecita puede sonar a tópico, pero para mí la clave está en la primera parte, asumir los resultados, y estuve dándole vueltas varios días desde que se lo escuché al gran Ako Pavía.
Asumir los resultados.
Comentábamos Ako y yo en la radio, pero “off-the-record”, allá por el mes de abril, nuestros respectivos infortunios en el primer triatlón de la temporada, yo con mi retirada en Peñíscola y él sufriendo de mala manera en el Challenge Mogán.
Y soltó la frase…
Andaba yo quejándome con el clásico “Jo, si no hubiera olvidado los calcetines hubiera corrido la media maratón en…”
Hay que asumir cada resultado.
Y de repente me di cuenta de que en realidad ya lo había hecho. Desde el momento en el que salí del agua en Peñíscola y vi que no había calcetines en mi caja de boxes supe que no iba a terminar ese triatlón. La bici la salvaba sin los dichosos calcetines, la carrera a pie no. Y en el fondo lo asumí, salí a correr sabiendo de antemano que no duraba ni 5 kilómetros, que me iba a desollar los pies…duré 4 kilómetros. Me di la vuelta y asumí que mi carrera terminaba allí. No era el fin del mundo.
El resto de la temporada me he dedicado a ASUMIR, a aceptar lo que me ha sucedido en cada carrera sin hacer un drama de ello.
En Pamplona no nadé bien, tampoco en Ecotrimad, donde además me tocó “asumir” la climatología, y en ambas pruebas fui asumiendo lo que venía sin más, tratando de disfrutar y aprender de cada momento.
En el DO del Villa de Madrid asumí que debía esforzarme más nadando, y lo hice, me esforcé y nadé como debo nadar. El esfuerzo percibido entre nadar bien y nadar mal resulta que es el mismo o incluso menor cuando nado como debo hacerlo, así que miel sobre hojuelas.
Año de “asunciones” por tanto.
Viajé a As Pontes con la idea de luchar por bajar de 5 horas en la prueba…y acabé luchando por simplemente mantenerme en pie y terminar la prueba…
¿Y sabes qué? Lo asumí con gusto, dignidad y sosiego.
Ya me avisó Manu Pascual, cenando juntos un par de días antes de la prueba, que el Northwest Triman no era, ni mucho menos, una prueba fácil a su entender, y que conociéndome veía difícil que pudiera bajar de esas 5 horas. Manu había hecho la distancia Ironman sobre el mismo circuito el año anterior y repetía éste con idea de destrozar el crono.
“Ya está el Manu tirándose el pegote de que su Ironman es super-mega-oseatelojurodeverdad- difícil-quetecagas para darle más valor a su resultado”, pensé, iluso de mí.
Y resulta que no, que tenía razón el muy…
Pero bueno, a lo que vamos, a lo que fuimos es a disfrutar de un triatlón, este Northwest Triman, que tenía una pintaza a priori brutal.
Viajecito de 600kms en soledad, mi “Santa” dice esta vez que “nanay”, hasta Doniños, Ferrol, a menos de 30min de As Pontes. En Doniños tiene casa la abuela de mi mujer y de Isma, mi “primo-amigo-compañero-del-AtSS”, que también participa, junto con Iván Mtnez.
Toca por tanto lucir la equipación del Atlético San Sebastián, quizá de las últimas ocasiones en que lo haga, ya comuniqué a Isma, que además es el delegado de la sección de triatlón del Atlético, que el año que viene dejaré el club para ser 100% del CTLR.
El día anterior a la prueba hay que dejar las bicis, el entorno del lago de As Pontes es sencillamente espectacular, este tri verdaderamente promete. La charla técnica con los Organizadores incidiendo especialmente en el tema del NO DRAFTING me hace pensar que si cumplen lo que prometen será una cita obligada y recurrente en el futuro.
Así que…VAMOS CON ELLO:

AGUA

El día empieza MAL. Inflando las ruedas ya en boxes me cargo el obús de la rueda delantera y toca cambiar de cámara deprisa y corriendo. Tengo tiempo de sobra, pero a pesar de eso me cuesta el calentamiento previo en el agua, que ya NO voy a tener tiempo suficiente para ello. Lo justo para embutirme en el neopreno, mojarme los pies, mearme encima mientras sonrío al personal disimuladamente (lo hacemos todos) y poco más, enseguida corriendo para buscar mi sitio en la salida.
Me coloco en primera fila junto a Isma, la idea es salir fuerte e intentar seguirle, pero lamentablemente enseguida le pierdo entre las decenas de “sardinitas en neopreno” que me rodean.



El tema es que hay bastante niebla, visualmente el resultado es espectacular, aunque da un poco de miedo adentrarse en esas aguas, la 1ª boya se ve bien, las demás no se ven un carajo hasta que las tienes encima, toca nadar y dirigir tu cuerpo un poco por instinto.
Salir fuerte de inicio hace que apenas reciba golpes,  pero llevo una sensación rara, como de pesadez de brazos, me cuesta coger agua y me noto torpe en el recobro, definitivamente necesito calentar antes, parece que sigo dormido (la salida era a las 7.15h).
Entre dicha sensación de pesadez y la maldita niebla, también parece que las boyas están lejísimos, no creo estar desviándome mucho, pero el sector de natación se me está haciendo eterno.
Tras doblar la última boya, la larguísima “recta” hasta volver a la transición se vuelve interminable, braceo y braceo furioso, pero sigo en el mismo sitio...
Finalmente llego a la T1 y un vistazo al Garmin me confirma el desastre: 36 minutazos.
WHAT?
Casi 2300m…
WHAT?
Me sale un ritmo de 1:36/100, que está de lujo, pero claro, 400m más…
Luego resulta que A TODOS nos salió un “porrón” de metros, parece que las boyas se movieron la noche anterior y…en fin, lo de siempre, es igual para todos, eso sí, y toca nuevamente ASUMIRLO.

Llego a boxes y la bici de Isma…ya no está, obvio.
Fonseca, a lo tuyo, venga.

BICI

Mucho frío en los 1os kilómetros, pero mucho frío. Las piernas totalmente entumecidas y me cuesta horrores coger ritmo.
Nuevamente lo que me dijo Manu se cumple, de llano, llano, nada. De primeras un “mini-puerto” de 3kms que te dispara las pulsaciones y luego un larguísimo tramo ondulante que pica ligeramente para arriba. Son unos 15-16 kilómetros así hasta el punto de giro y vuelta, donde la cosa promete porque tocará VOLAR.
Voy cogiendo ritmo y tras superar el puertecillo me dispongo a disfrutar sobre la cabra. Muchísimo espacio entre competidores, ME GUSTA, casi no tengo que mirar hacia adelante, cabeza abajo y… ¡¡A DARLO TODO!!

No sopla apenas viento y la impresión que tengo es de ir volando bajito, ya totalmente adaptado a mi nueva y más eficiente posición aero. Según va cogiendo el cuerpo temperatura voy apretando las bielas con más fuerza. Me cruzo con Isma, me saca un buen trozo, lástima, pero yo he de seguir concentrado en mi carrera. Me cruzo también con Iván, va por detrás, y calculo a ojo unos 7 u 8 minutos que han de ser suficientes al final del día…no se le ocurrirá ganarme en su debut en media distancia, no me fastidies…
Total, que me pego un bicicletón en menos de 2h50 minutos y con tremenda pena suelto la bici de nuevo en la transición, de buena gana hubiera estado otra horita, al menos, dándole caña al tema. He disfrutado muchísimo, no ha habido ABSOLUTAMENTE NADA de drafting, el circuito, sin ser especialmente bonito, tiene su miga, a la vez que te invita a empujar sin parar.


Muy chula la bici de este NW Triman.

CARRERA


Toca correr, y de inicio tenemos el tramo de enlace hasta el circuito en sí, lo que viene siendo un rampón infernal de más de 1 kilómetro que te deja frito nada más empezar.
Sobrevivo al infierno y voy tratando de pillar nuevamente ritmo mientras mi corazón trata de estabilizarse.
Me sorprende llegar a la altura de un cartel que indica KM.2 cuando mi Garmin ya contabiliza TRES…no puede ser que hayan calculado tan mal, ¿no?
Me deja un poco “moscatel” el tema, pero trato de olvidarme y sigo centrado en lo mío, que es correr.
4:40s – 4:50s por kilómetro, de momento no me sale nada mejor de las piernas, pero me digo que no está nada mal y que ya quisiera yo bajar de 1h45 al final del sector…
JA, JA, ¡iluso!
Resulta que el circuito es un tramposo rompepiernas, un poquito para abajo, un poquito para arriba, un poquito para abajo, tira para arriba otra vez…que te va robando, ladrón, la energía poco a poco, y cuando te quieres dar cuenta...

Cuando te quieres dar cuenta vas frito-refrito, y de eso me percaté en el kilómetro 11, según la Organización, 12 y pico según mi Garmin, justo cuando se iniciaba la segunda vuelta…
¡WAIT! Espera, algo no cuadra, si tengo que dar otra vuelta entera al circuito...restándole el tramo de enlace…¡¡oye que nos van a salir casi 23 KILÓMETROS!!
Lo achaco todo al cansancio, tu cabeza no rige Dani, no puede ser, no serán tan…



Entre las dudas y el cabreo por el “alargue” del circuito y el cansancio acumulado ya a estas alturas el ritmo se me empieza a ir al carajo, me voy por encima de 5:30s y no esto ya no hay manera de levantarlo.
Y tú querías bajar de 5h…¿eh, Fonseca?
NI DE COÑA YA.
Horrorosa segunda vuelta ya en el que mi máxima obsesión es no caminar, cosa que a duras penas consigo.
Me cruzo con Isma, que va bien y ya termina en breve, y con Iván, que “afortunadamente” (le deseo lo mejor, pero hoy por Dios que no me pase…) va igual de frito que yo.
Voy al límite ya y para más inri al llegar al final del dichoso circuito mis sospechas quedan finalmente confirmadas…llevo 21 kilómetros y aún me queda TOOOODOOOO el tramo de enlace desde el pueblo hasta la meta, ya en el lago.
Estupendo, casi 2 kilómetros “de clavo”, NO ME JODAS.
No sé si es el cabreo y esto iba a suceder de todas formas, pero es empezar la bajada a meta y me flojean las piernas “a lo Brownlee”, empiezo a dar tumbos de lado a lado, me cuesta coordinar los pasos…hostias tú que no llego…
Lamentable tramo final en el que encima un capullo que llevo por detrás quiere esprintarme faltando 100 metros, loscojonesmevasaesprintarguapo.
Último calentón rabioso para no ceder ante el capullo, faltaría más.
Hay dos "líneas de meta" en este triatlón:
La 1a la marca un arco naranja, ahí se acaba realmente la prueba.
El tramo desde el arco naranja hasta el arco "final", con el cronómetro oficial, es el "pasillo de los campeones", para poder entrar con tu familia y/o amigos, pero SOLO EN ESE TRAMO.
No tengo fuerzas para postureos, hasta el arco naranja me dejo lo poco que me queda, luego bastante tengo con mantenerme de pie, me dejo ir de forma lastimosa, caminando ya y tratando simplemente de no irme al suelo. 

5h36 nada menos, más de 2h la media maratón DE 23 KILÓMETROS, cagonlamarsalada.
Me recibe el meta el padre de esta criatura Northwest Triman, y me pregunta que qué tal…
Pues mira chato, a pesar de que lo de los 23 kilómetros de media maratón me ha parecido una broma de mal gusto…TIENES UN TRIATLÓN GUAPÍSIMO, enhorabuena y ojalá esté mucho tiempo en el calendario, cabrones. (Esto último no se lo dije).

Repetiremos seguro. Un tri muy duro, muy, muy guapo.