martes, 25 de junio de 2013

FIN DE SEMANA EN PALENCIA

Sigo sin cumplir el plan de entrenamiento fijado para los 4 meses últimos de preparación. Otra semana más en la que no llego a los objetivos fijados, sobre todo en materia de volumen, pero no todo va a ser trabajar y entrenar, también hay que disfrutar de la vida un poco. Y este pasado fin de semana lo he hecho, y mucho además.
Este pasado "finde" estábamos mi santa y yo invitados a la casa que Fernando Caro tiene en Frechilla, Palencia. Fernando es uno de mis amigos “los mayores”. “Los mayores”, con sus respectivas parejas, son los componentes del glorioso equipo de baloncesto “COSTA OESTE” al que tuve la suerte de unirme hace ya casi 10 años. Me invitó a jugar en dicho equipo Fernando Anda,  el Director Financiero de mi entonces empresa. Yo era un niñato de 29/30 años, mientras que ellos contaban ya con 50 “palos” ó andaban cerca de los 50. Fernando me preguntó si jugaba al baloncesto, indagando previamente en mi historial deportivo y ofreciéndome finalmente unirme a su equipo de “abueletes” para jugar en una liga local los fines de semana. Dudé al principio, estaba acostumbrado a jugar con gente “de mi edad”, además Fernando apenas sobrepasaba el 1.70m y no tenía mucha pinta de jugador de baloncesto, lo que en principio parecía un paso atrás en mi brillante carrera deportiva (modo irónico ON). Resultó que el que no tenía ni puñetera idea de jugar era yo y que Fernando Anda era además Dios en la tierra del basket. Los del IMSERSO, como yo los llamaba, jugaban al baloncesto de fábula, todos eran ex jugadores  en distintas categorías del baloncesto nacional, el grueso del equipo había sido campeón nacional universitario en los tiempos de Maricastaña, cuando yo apenas había nacido y tal y cual. Así que, tras unirme a ellos, pasé a ser “el Niño”.
“Los abueletes y el Niño” arrasamos a toda clase de equipos de veinteañeros durante varios años en diversas ligas. Lamentablemente la muerte repentina de Fernando Anda hizo que poco a poco las ganas de jugar se fueran diluyendo y acabamos disolviendo el equipo. Aún así algunos de nosotros hemos seguido jugando juntos en otras ligas y otros equipos, incluso ganando algún trofeo, como comenté en este mismo blog hace pocas semanas. Lo que no disolvimos nunca es nuestra amistad, nuestro cariño y nuestras ganas de pasar tiempo juntos. A Fernando Anda le debo muchas cosas, pero sobre todo le debo el haberme permitido formar parte de esta gran familia de amigos que somos los del “Costa Oeste”. Ya no jugamos, pero 3 ó 4 veces al año seguimos juntándonos aquí y allí para comer, cenar y echarnos unas risas. Al principio quedábamos en Madrid un sábado cualquiera, pero últimamente estamos innovando y pasamos juntos fines de semana completos, hoy en Palencia, ayer en Marbella y mañana vaya usted a saber dónde, solo espero que de vez en cuando volvamos a las “sencillas” citas madrileñas, que no está la economía para grandes dispendios últimamente…
Mis amigos “los mayores” son simplemente geniales. Aunque basta ya de hacer referencias a la edad, son mis amigos, y punto, y además creo que la edad se refleja en el espíritu, y creáme el lector si le digo que este grupo tiene el espíritu de un adolescente lleno de vida, incluso a mí me cuesta seguirles el ritmo en muchas ocasiones. Este fin de semana en Palencia ha sido una buena muestra, he acabado agotado, agotado de comer y de beber, pero sobre todo agotado de reír y disfrutar, aunque supongo que de esto último uno nunca se cansa.
Doce fuimos los elegidos para esta convocatoria, Isatxu y María Jesús, Juanito y Montse, Fernando Caro y Concha (nuestros anfitriones), Goico y Nieves, Fernandito Cuesta y Belén (alias “la Nueva”). Y por supuesto “unos servidores”, Dani y Ruth.  Faltaron en esta ocasión Julito y Raquel, Felipe y Maite, además de Susana. Bueno, y Rafa Cunha y “señora”, aunque éstos últimos se prodigan la verdad bastante poco.
El plan del viernes incluía llegada a Frechilla justo para cenar en casa de los anfitriones, con sobremesa tertuliana y mus para los más viciosos. Me uní al mus formando pareja con Concha, y nos enfrentábamos a Juanito e Isatxu. Enseguida salieron a relucir todos los tópicos y “dicharachos” propios de este noble juego, comenzando Isatxu por hacer hincapié en la poca entidad del rival, “una mujer y un niño, esto es pan comido”, y a partir de ahí un no parar de hablar y hablar y de encadenar una chorrada tras otra, a cada cual con más gracia. Isatxu tiene la habilidad de hablar por los codos y mantener siempre el nivel de ocurrencia e ingenio en todas y cada una de sus “paridas”. Le reconozco el mérito, no es fácil hablar y hablar sin parar y siempre sacar una carcajada a quién le escucha. Pese a ello, ni toda su “dialéctica” ni todo el buen hacer de Juanito primero y Fernando Caro después, sirvieron para derrotarnos a Concha y a mí. La suerte del principiante, dijeron, con buenas cartas cualquier juega, volvieron a decir. Y yo digo, ¡¡a mamarla!!
Me acosté el viernes a eso de las 2 de la mañana, e iluso de mí aún pretendía salir a correr a primera hora del día siguiente, aunque el vino y los gintonics ya se encargaron de hacerme desistir de la idea según abrí un ojo el sábado.  De modo que me uniría a la comitiva que se iba de visita turística a Palencia mientras que otra parte del grupo se dedicaba a jugar al golf en un campo cercano. De la visita a Palencia me sorprendió gratamente su catedral, no me extraña que la denominen “la bella desconocida”.

Nótense los cuernos que Fernandito pone a Isatxu, algunos no madurarán nunca...



Sobre lo ocurrido en el campo de golf de Grijota, dicen los que allí estuvieron que Fernandito Cuesta intentó, una vez más, derrotar al "coach" Isatxu. No sólo no lo consiguió sino que además quedó en última posición, llevándose la victoria Mª Jesús. Por lo visto Cuesta culpó al diseño del campo, que si mucha agua alrededor que coartaba la fuerza natural de su poderoso "swing", que si el sol le daba de frente, que si el rumor de las olas...excusas, excusas, escusas. Comentan asimismo que Juanito la emprendió a golpes con su "driver", sin que la cosa afortunadamente llegara a mayores.

Tras el turismo y el golf tocaba reunirse para reponer fuerzas en un restaurante en Fuentes de Nava. Sorprendente el sitio, "La Taberna de la Nava", gran elección por parte de Fernando Caro, destacando la innovación y calidad de sus entrantes, todos convenientemente emplatados de forma individualizada para cada comensal. Los segundos también de calidad, aunque sin llegar a la altura de los entrantes, que ya digo que fueron espectaculares, sobre todo los espárragos y el carpaccio de gambas.
Buena elección del vino y buena “hostia” en la factura, como era de esperar. Ningún “pero”, exceptuando quizás el agrio carácter de la dueña del establecimiento, a la que no pareció gustar demasiado el jolgorio de nuestro grupo. No todo el mundo sabe apreciar la gracia de Isatxu y Juan contando historias mientras se ponen una servilleta en la cabeza a modo de pañuelo “doñarogeliense”, qué le vamos a hacer... 
Las historias siempre suelen girar en torno a lo mismo, rememorando el glorioso pasado de este equipo en el pleistoceno superior, aquel tiempo en el que Fernandito Cuesta asegura que metía 20 puntos por partido (NI DE COÑA, Fernandito).

Tras la comida el grupo se desplazaba de nuevo a casa de Fernando Caro para continuar con la tertulia y el mus, mientras Juan decidía irse a dormir un rato y Fernandito y Belén se iban a “echar la siesta”, que parece lo mismo pero no es igual...
Más mus y más excusas en la derrota, esta vez son Goico y Concha los que muerden el polvo frente a una "servidora" y su nueva pareja de baile, que esta vez fue Isatxu.
“Qué suerte tiene este Niño”, “No se le cae la treintayuna” y otras justificaciones para tratar de diluir el hecho de que yo acabara invicto ese fin de semana…a mí, plin, que se suele decir.
Paseo en grupo por los alrededores de Frechilla para hacer tiempo antes de la cena, en los que se aprovecha para despellejar a todo aquel que ha fallado a la cita. Esta vez es Julito el damnificado, siendo el tema a tratar su “no asistencia” por preferir la confirmación de la prima de la sobrina de la vecina del quinto de Raquel, su novia.




Lo siento Julito, cuando uno falla ya se sabe…

Tras la cena de picoteo en “casa Caro” improvisamos karaoke gracias a Isatxu y su ordenador portátil. La lista de distribución se compone fundamentalmente de pop-rock español de los 60, llegando incluso al folclore popular de la mano de las canciones de Marisol. El karaoke deriva pronto en concurso musical, en el cual Isatxu deja escuchar apenas los primeros segundos de la canción y hay que adivinar título e intérprete. Todos se sorprenden de mi amplio conocimiento sobre la música de la citada época, superior incluso al de muchos de los presentes en la sala. Lo que olvidan es que son apenas 3-4 años más jóvenes que mis padres, y que esa música es la banda sonora de mi infancia, que me he hartado de escuchar durante años y años.

Desfilan Los Brincos, Formula V, Raphael, Cecilia, Los Sirex y muchos otros, por supuesto el Dúo Dinámico, Jarcha y su himno “rojerillo”, e incluso Ike & Tina Turner con su “Proud Mary”. Isatxu persevera en la búsqueda  de una canción que no supiera, pero conozco la mayoría de las canciones, por no decir casi todas, aunque por supuesto alguna se me escapa. El “personal” sigue gratamente sorprendido, incluida Ruth que pone cara de “pues a mí me suenan tres ná más…”

Así nos dan las 3 de la mañana cantando y bailando, con Nieves haciendo una imitación perfecta del cantante de Boney M al ritmo de “Daddy Cool” ó “Rasputin”, clásicos éstos más de los 70.

 La noche es un no parar de reír escuchando buena (y no tan buena) música de cuando yo no había nacido, divagando sobre la cantidad de cantantes que se dejaron la vida en las carreteras, como Nino Bravo, Cecilia o Tino Casal y que si burros u otras desgracias. Finalmente dimos por cerrada la noche dejando que Fernando Caro se quedara sin escuchar “Je t’aime…moi non plus” de Serge Gainsbourg y Jane Birkin, pese a sus reiteradas peticiones, y es que ya se sabe que la cancioncita fue objeto de censura en muchos sitios por ser considerada como “pseudo-pornográfica”. Qué pícaro ha sido siempre este Caro….
Mañana domingo salgo a correr, fijo…
Vaya, se me ha hecho tarde y no he podido salir a correr hoy tampoco, qué fatalidad…no sé si me pesa más la conciencia o la resaca, pero nuevamente desisto de salir a completar mi obligada sesión de entrenamiento, vaya desastre de fin de semana en materia triatlética. Nada, sin remordimientos, me lo estoy pasando de vicio y “sólo” dos días de desenfreno no deberían pasar demasiada factura deportiva, o sí, quién sabe, pero que nos quiten lo “bailao”, ¿no?
Desayunamos todos juntos y algunos aún continuamos canturreando las canciones de la noche anterior, toca hoy completar el fin de semana con la visita a Paredes de Nava, pueblo natal de ilustres como Berruguete “el Viejo” o Jorge Manrique. Más románico-gótico, más retablos y más imaginería religiosa, y Ruth y yo que damos por finalizado el fin de semana visitando a unos familiares mientras el resto se pega el último atracón en casa de Fernando Caro.

                                         Iglesia de Frechilla

Y la puta de la paloma que se me tiene que cagar en el hombro de mi reluciente polo blanco, qué puntería tuvo la hijadelagrandísima…
Qué gran fin de semana hemos pasado, sirvan estas líneas para expresar cuánto os quiero, queridos amigos y amigas del “Costa Oeste”, nos vemos pronto para “liarla” en quién sabe qué recóndito rincón de la geografía española (o internacional, que todo es posible).
RESUMEN DE MI (ESCASO) ENTRENAMIENTO DE LA SEMANA DEL 17 al 23 de JUNIO
Lunes:  2200m natación
Martes: Descanso
Miércoles: 2100m natación
Jueves: 37km bici MTB @21kmh
Viernes:  1h Sesión de fuerza con Insanity (Max Interval Circuit)
Sábado: Intensivo de comer y beber
Domingo: Nada de nada

jueves, 20 de junio de 2013

39 PALOS

Hoy es mi cumple, me caen 39 “palos”. Y estoy encantado.
Otros cumpleaños anteriores me han sentado mucho peor, eso de ir acercándose a la tan crítica cifra de los 40 hacía mella, no apetecía demasiado cumplir años. Pero este año es diferente, este año estoy pletórico, física y mentalmente. Aún arriesgándome a caer en un tópico diré que estoy mejor con 39 que con 25, pero es que es muy cierto.
Estoy más delgado, más fuerte, más rápido, mejor. Me aplica perfectamente lo del “Citius, Altius, Fortius”…¡¡y qué coño!! Me veo hasta más guapo, a pesar de la incipiente alopecia que avanza inexorablemente.
El deporte es vida, y mientras el cuerpo aguante seguiré dándome caña durante muchos, muchos años, el “sillón-ball” ya lo dejo para otros. Hoy es triatlón, mañana volveré a jugar al baloncesto y con 60 años me dedicaré al bádminton, al cricket o al lacrosse, pero lo que tengo claro es que no pienso jugar a la petanca. Con 60 años seguiré haciendo deporte, ojalá que jugando al baloncesto con el hijo que aún no tengo, como hacen mis amigos Alfonso Sagi-Vela Sr. y Jr.
Con 60 años ganaré trofeos como hace Fernandito Cuesta.
Con 60 años estaré calvo, pero ¿a quién le importa?

Queda mucho, hasta entonces, pues eso, ¡¡FELIZ, FELIZ EN MI DÍA!!

lunes, 17 de junio de 2013

LA DUCHA, ESA DUCHA

Para mí es, sin duda, una de las sensaciones más placenteras que existen, la ducha, ESA DUCHA. Me refiero a aquella que tiene lugar justo después de un duro día de entrenamiento, en la que lo has dado todo, o después de una competición, que para el caso eso lo mismo. Alguno me dirá que, bueno, la de después del sexo tampoco está nada mal…estamos de acuerdo, pero dejadme que me centre en LA OTRA, la “ducha deportiva”.
Estuve todo el domingo librando una cruenta batalla con mi cerebro, aplazando una vez tras otra el momento de salir a entrenar. Tras haber descartado salir por la mañana temprano, por haber trasnochado algo el sábado, tocaba decidir en qué momento de la tarde saldría hacer otra sesión de transición T2, eso que Rob llama el “brick”, y que yo traduzco por un más castizo y contundente “ladrillo”. Iba a ser un ladrillo especialmente duro, enfocado a la carrera, con no menos de 15K de running y algo de bicicleta antes, y con el calor que ha hecho este fin de semana mi cerebro estuvo muy cerca de ganar la batalla, ya que estuve muy tentado de cancelar el entrenamiento en varias ocasiones, sobre todo por culpa de MODERN FAMILY.
Hay que ver lo que me pone Sofía Vergara hablando en inglés con acento colombiano, dios. Siempre que Ruth me deja veo la tele en V.O. Por culpa de FOX y la maratón de MODERN FAMILY que estaban echando fui aplazando el entrenamiento de las 5 de la tarde a las 6, y de ahí a las 7 y…cuando ya había decidido que le dieran por saco a entrenar, de repente desconecté el cerebro, me puse el casco y estaba encima de la bici antes de poder ponerme otra excusa, al final gané yo ¡¡BIEN POR MÍ!!
Hora y cuarto de MTB, a ritmo medio, sin forzar mucho, que luego la intención era correr al menos 15K a buen ritmo, intentando bajar de 5min/km. Al final salieron 16K a 4’57”/Km, lo que teniendo en cuenta el calor y la paliza que llevaba de la semana me dejaron especialmente contento, porque lo di todo, acelerando el paso en los 3 últimos kilómetros y esprintando al final.
Y después me esperaba la ducha, ESA DUCHA. Aquellos que practiquen cualquier deporte saben a lo que me refiero. Apenas puedes tenerte en pie, te duele todo, hasta las pestañas, te agarras con dificultad a las paredes que delimitan el recinto y dejas que el agua fluya lentamente. Y no piensas en nada, solo escuchas el agua recorrer tu cuerpo, como mucho sonríes satisfecho, sobre todo cuando estuviste a punto de no entrenar por pura pereza y vaguería. Podrías estar así durante horas...
Hay pocas cosas más reconfortantes que esa ducha. Bueno sí, la cerveza helada que, estando previamente fría, has dejado en el congelador para después de la ducha...
RESUMEN DE LA SEMANA DEL 11 al 16 de JUNIO
Lunes: Descanso (ya está bien de descansar los lunes!!)
Martes: Buen ladrillo MTB + carrera (42km bici en 2h + 9.3km@4’54”)
Miércoles: paupérrimos 1300m natación (abandono por calambres múltiples)
Jueves: Mini-ladrillo MTB + carrera (22km bici en 1h + 9.3km@4’50”)
Viernes: 8km carrera en fartlek, 40min
Sábado: 93km bici a 28,5kmh
Domingo:  Ladrillaco MTB  + Carrera (23km bici en 1h15’ + 16km@4’57”)

jueves, 13 de junio de 2013

UN IRONMAN A LA SEMANA

Eso es básicamente lo que pretendo hacer de aquí a final de septiembre. Un Ironman a la semana. No, no me he vuelto loco, hablo de cifras acumuladas a lo largo de la semana. Es decir que llegado el domingo haya nadado EN TOTAL al menos 3,8km (lo más asequible, no supondría apenas esfuerzo), haya completado 180km en bicicleta y gastado mis zapatillas durante 42km. No es algo sencillo, hay que hacerlo, pero es lo que toca si quiero afrontar el Iberman con garantías.
Intentaré seguir el plan de entrenamiento de la web del Iberman, por supuesto, pero hablamos de un tema de “mínimos” . Resulta que ésa fue la recomendación que leí hace unos meses en la revista “Triathlon Finisher”. Jaime Menéndez de Luarca Pecador de la Pradera Martínez Bordiú Fitz-James Stuart (le he añadido unos cuantos apellidos, siempre me han apasionado los apellidos compuestos), afamado triatleta y entrenador de triatletas, escribía en dicha revista que, para debutantes en larga distancia, muchas veces “MÁS” no era “MEJOR”, y que generalmente castigarse con volúmenes brutales de entrenamiento sólo derivaba en cansancio, aburrimiento y normalmente lesiones, así que es mejor entrenar de forma coherente con la situación personal de cada uno, sin volverse loco. Ponía como ejemplo a uno de sus triatletas, el cual seguía el método del “Ironman semanal” durante los 4 meses anteriores a la prueba, siempre con un día de descanso en cada semana. Para MdL dicho método era más que suficiente para terminar sin problemas la prueba, cometer excesos no sólo no era beneficioso sino más bien lo contrario.
Así que éste será mi plan, la semana pasada entré en los 4 meses finales, de modo que intentaré cumplir con las enseñanzas de MdL, aunque no haya empezado demasiado bien, la verdad sea dicha:
SEMANA DEL 03 AL 10 JUNIO
Lun: Descanso
Mar: 3100m piscina (2000m crol aeróbico medio + 1000 palas + 100 braza estilo señora mayor) + 12 Km run@5’15”
Mié: 2300m piscina (incluyendo 400m técnica + series de 50m y 100m)
Jue: Descanso (MAL, me venció la pereza)
Vie: 21Km bici Mtb (1 hora exacta) + 12K run (20´calentamiento + 20’@4’15” + 20 vuelta a la calma). Semi-ensayo de T2 (15 minutos entre finalización de la bici y el inicio de la carrera)
Sab: 96km bici carretera (3h30'@27kmh)
Dom: 80min bici spinning (incluyendo 3 series de 6min a máxima intensidad, resto aeróbico medio)
Lo dicho, mal empezamos la “recta final”, sobre todo en la carrera a pie, donde apenas he superado la mitad de lo previsto. El resto más o menos lo he cumplido, teniendo en cuenta que en mountain bike se va más despacio que en bici de carretera, o que el kilometraje en bici de spinning tampoco es equiparable. Sumado el tiempo total encima de la bicicleta, sea el formato que sea, sí me acercaría a la cifra objetivo, un poco por debajo, pero bueno, más o menos.
Toca aplicarse en el resto de semanas, aunque tampoco parece que vaya a llegar en la semana que pronto termina…mal empezamos.

viernes, 7 de junio de 2013

EL COMENTARIO

No quería terminar la semana pasando por alto “El Comentario”. Éste surgió en la salida ciclista que nos marcamos el pasado domingo Óscar, Rober, Alfredo y “servidora”.
Aún dándole vueltas a la cabeza a mi retirada del día anterior, decidí unirme a la salida que mis tres compañeros habituales de fatigas ciclistas habían organizado por las carreteras de nuestra zona de residencia, esta vez partiendo desde Navalcarnero. Para que Rober y Alfredo se fueran habituando a la “alta montaña” se incluyó en el recorrido la subida a Chapinería desde Aldea del Fresno. Óscar y yo ya la habíamos “disfrutado” unos meses atrás, y la verdad sea dicha, no es nada del otro mundo, pero aquella primera vez yo estaba muy “verde” aún y sufrí bastante en los 10km de subida, aunque ahora,  con la perspectiva que me da la experiencia de hace dos semanas subiendo Canencia y Cotos, lo de Chapinería no es más que una simple “tachuela” en el recorrido.



Salimos de Navalcarnero y enfilamos hacia Villamanta y Aldea del Fresno, comenzando con una fuerte bajada en la que para ir despertando al personal desato las hostilidades y me lanzó en plan kamikaze cuesta abajo. Primera bronca de Óscar, que dónde voy así a lo loco, que “éstos” no nos siguen, que ya sabes que se acojonan en las bajadas y tal y cual…
“Que espabilen”
Desde Villamanta a Aldea del Fresno me relajo, rodamos en grupo los cuatro y por primera vez desde que comenzamos a salir hará 6-8 meses lo hacemos bien juntitos, como hay que hacerlo. Antes me quedaba yo atrás porque no aguantaba el ritmo o Rober porque no le gustaba ir tan pegado. Este domingo parecíamos “pros” de verdad.
Una vez en Aldea comenzamos la ascensión hasta Chapinería, personalmente yo con algo de respeto, ya que recordaba que no lo había pasado nada bien la primera vez.
Pues vaya mierda de subida, esto no es nada, lo recordaba mucho peor. No creo que ninguna rampa llegara al 5%, lo dicho anteriormente, una “tachuelilla”. Una vez arriba voto por volver a bajar a Aldea del Fresno y desde ahí girar a la derecha hasta Villa del Prado, para desde allí ya regresar a Navalcarnero. Mentalmente calculé unos 80km totales, de modo que erré por poco, ya que finalmente salieron 77km. Nuevamente en la bajada desde Chapinería hasta Aldea me tiro a darlo todo, el que pueda que me siga. Hasta el último kilómetro no me alcanzan (ya había aflojado, por supuesto). Recuperamos pulsaciones y nos lo tomamos con tranquilidad hasta Villa del Prado, paradita a tomar pincho de tortilla y cocacola y de vuelta a Navalcarnero.
En el camino de vuelta seguimos bien agrupados, normalmente Óscar y Alfredo encabezando y Rober y yo “a la expectativa”.  Ahí es cuando me empezó a rondar por la cabeza que seguro que vendría “El Comentario”, así que yo a la cola del grupo y reservón, por si acaso.
Es lo que tiene conocer a la gente, sobre todo a algunos, como si los hubieras parido.
De Aldea a Villamanta decido tirar yo, paso adelante y Óscar que me avisa:
“Pero no cambies el ritmo, mantén la velocidad que llevamos…”
Miro el velocímetro y vamos a 26-27kmh.
Una mierda, vamos a tensar un poquito la cuerda y medir fuerzas, pienso. Sólo un poco, que no se note mucho. 29-30kmh y yo tirando, con Alfredo a mi lado en paralelo. Es superior a él, no sabe o no quiere ponerse detrás, quiere estar siempre atento a todo (menos a los obstáculos en la carretera, porque cuando va él delante no avisa de ninguno, el muy…). Óscar le advierte, pero Alfredo hombre, ponte detrás de Dani, que es muy grande y te tapa todo el viento. Y Alfredo que replica:

"Joder, si me lleva con la lengua fuera, si me pongo detrás se me escapa...".

Pues por eso mismo majete, ponte detrás de mí y verás cómo vas más fácil. Nada, no hay manera.
Atravesamos Villamanta y comenzamos el falso llano en subida y fuerte subida final a Navalcarnero. Vuelvo a cola del grupito, porque en esa subida final es donde yo espero “El Comentario”.
No ha hecho nada más que empezar la subida final, no llevamos ni 30 metros y Óscar suelta…
EL COMENTARIO:
“Bueno Dani, sigues ahí detrás o ya te has quedado, como siempre…”
¡LO SABÍA! Te estaba esperando, otro que no se puede estar calladito. Resulta que en esa subida sistemáticamente yo me quedaba atrás cada vez que hacíamos esta ruta u otra parecida con final en Navalcarnero, tenían siempre que esperarme a la entrada del pueblo.
Te estaba esperando.
“Sigo aquí Óscar, es más, te voy a atacar…”
No ha terminado Óscar de responder “Pues venga” cuando suelto el hachazo. Sin levantarme del sillín pero habiendo bajado previamente varios piñones no tengo más que aumentar la cadencia de piernas y les paso a toda velocidad, llego a la altura de Óscar, le sonrío y ahora sí, me levanto con rabia, agarro el manillar con furia y tiro para arriba con fuerza.
Dani atacando en una subida, quién lo iba a decir.
No miro atrás, no malgasto fuerzas en girar la cabeza, pero al rato veo la sombra de una bicicleta a mi espalda. Bueno ya está aquí, es Óscar seguro, “pero te ha costado cogerme, eh?...”.
“Muy bien Dani, muy bien, te veo fuerte, pero hay que guardarse fuerzas para ÉSTO!!...”  y me devuelve el hachazo en el penúltimo tramo de ascensión. Me pasa también Alfredo, comenzamos un tramo de llano, en el que recupero fuerzas, paso otra vez a Alfredo y llego hasta Óscar, le vuelvo a superar  y ya entrando en Navalcarnero firmamos la tregua, nos miramos, sonreímos y damos por terminada la batalla.

Su orgullo de 30 años de ciclismo en sus piernas le va a impedir reconocerlo abiertamente, lo entiendo, yo haría lo mismo si Óscar me sorprendiera jugando por ejemplo al baloncesto, pero hoy le he demostrado que estoy a su altura, que Dani ya no se va a quedar colgado en las subidas. Es normal, me estoy machacando mucho y tengo que haber mejorado por narices. Pero mola saber que ahora podemos luchar de igual a igual. En Cotos hace dos semanas Óscar cometió un error, dio signos de debilidad y me hizo saber que él también es mortal, y que la diferencia “teórica” entre ambos se había esfumado. Bien, a partir de ahora las salidas ciclistas van a ser más que interesantes.
Sabía que ibas a hacer EL COMENTARIO amigo, vaya que si lo sabía…
Por lo demás, tengo que empezar a anotar mis entrenamientos en una hoja de cálculo o similar, a ser más metódico y organizado, porque sinceramente, no recuerdo cómo y qué entrené la semana pasada. Prometo compartir con exactitud mis entrenamientos a partir de ahora.

Buen fin de semana a todos, queridos lectores.

jueves, 6 de junio de 2013

UN FIASCO PARA (NO) OLVIDAR

Tanto que decir sobre este tema y a la vez tan poco…
Ha bastado que inagurara este blog vanagloriándome de que nunca me había retirado de una competición para que apenas dos meses después lo impensable haya sucedido.
Pues sí, el pasado sábado me retiré de mi estreno en un triatlón olímpico, en mi primera carrera sobre los 1500-40-10. Y fue a las primeras de cambio, en el agua, cuando apenas había completado poco más de 600m de la natación. No fueron problemas físicos los que me llevaron a retirarme, no, fue un terrible ataque de ansiedad, una sensación de agobio total y un bloqueo mental lo que en 2 minutos fatales me hizo tomar la decisión de abandonar y subirme a una de las zodiacs que vigilan la seguridad de los competidores. Mi relación con el medio acuático en el triatlón es de hacérselo mirar, y en ello estoy, os lo aseguro.
Analizando lo ocurrido “a toro pasado”  uno mismo se da cuenta de que la preparación para la carrera no fue la más adecuada. En primer lugar este debut en distancia olímpica no estaba en los objetivos iniciales fijados a principio de temporada, la fecha elegida era otra, a final de junio, más acorde con el plan de entrenamiento que estoy siguiendo para el Ironman. Pero la Federación Española se sacó de la manga este competición coincidiendo con la llegada de los “pros” en las Series Mundiales y era difícil decir que no. Me inscribí aún a sabiendas de que estaba demasiado cerca del medio Ironman que hice en Lisboa en mayo y demasiado lejos del Ironman que haré en Huelva en octubre.
“Lo tomaremos como un entrenamiento más…” pensé. Error, una competición es una competición.
Así que con la auto-excusa de que la prueba en realidad “ni me interesaba ni nada” y aprovechando la visita de mis primos Iker y Xilbi a casa durante unos días, las semanas previas me relajé en exceso, salidas a cenar, cervecitas de más, algún gintonic….¡MAL! (Pobrecitos primos, que conste que vosotros no tenéis culpa de nada).
Los días antes de la competición apenas entrené y cuando lo hice fue con desgana, me apetecía más estar con ellos y con mi mujer (además fue su “cumple”), que andar “haciendo el capullo” por ahí nadando, pedaleando y corriendo.
De modo que el pasado sábado me levanté temprano, sin nervios, excesivamente tranquilo, incluso dormí casi del tirón, y me planté en la Casa de Campo de Madrid a las 7 de la mañana. Esta vez no hubo errores “logísticos”, lo llevaba todo y llegué con suficiente tiempo a la zona de transición para colocar todos los trastos, darme cremitas y vaselinas anti-roce, e incluso dejar con tiempo suficiente la mochila en el ropero.
El entorno era sencillamente espectacular, la Organización era impecable, toda la zona de boxes, la expo con las casetas de los patrocinadores, gradas, pantallas gigantes, zona de meta  y todo lo demás eran lo mejor que yo había visto hasta la fecha (tampoco es que haya visto mucho, eso también es cierto). Lástima que haya que nadar en el poco apetecible lago de la CdC, al menos podríamos usar neopreno, por los pelos porque el agua estaba a 21 grados, muy cerca del límite de los 22 grados en los que ya no se puede utilizar.
Con todo el tiempo del mundo me coloqué el neopreno y me acerqué a la zona de salida con intención de incluso lanzarme al agua a calentar si había posibilidad. Y la había, nos concedían apenas 4 minutos para calentar antes de dar la salida, así que me planté el gorro y las gafas y…en ese momento la goma de las mismas tomó la decisión de soltarse y/o romperse…mal augurio.
“Qué buen momento para que se te rompan las gafas…” soltó un competidor.
Pues sí, vamos no me jodas. Ya no tenía tiempo para ir a por las de repuesto, estaba perdido. Hecho un manojo de nervios intenté colocar de nuevo la goma, incluso otro competidor se prestó a echarme una mano.
“1 minuto para la salida”
El competidor me devuelve las gafas sin conseguirlo “Lo siento, suerte…”
Mecagoentodoloquesemenea…
El juez me dice que no me puede esperar, que le haga un nudo o que nade sin ellas.
“Hostia, un nudo, gracias” Hago un nudo tocinero, suficientemente bien apretado y justo antes de que suene la bocina. Estrés total, me lanzo desde el pantalán temiendo que las gafas se me vayan a los tobillos al tirarme porque la goma no aguante. Pues sí, parece que aguanta, pero lamentablemente me he dejado un extremo de goma demasiado largo en el ojo derecho y parece que llevo el limpiaparabrisas puesto todo el camino, un estorbo más y otro motivo para el agobio.
Empezamos bien Fonseca, cojonudo. Pronto llegan los palos, a izquierda y derecha, menos que en Lisboa, porque éramos menos, pero con la misma intensidad de entonces. No voy, no voy para nada, me siento peor que fatal, he intentado salir rápido y enseguida llevo el corazón desbocado. Un malnacido se ensaña conmigo, me arrea, me aparto a la izquierda, me arrea, me vuelvo a apartar, me arrea…”Coño, que vamos solos macho, deja de atizarme” Le he enganchado por un tobillo y le he hecho parar.
“Lo siento, es que te tengo como referencia para no desviarme…” me dice. Pues tronco podías tomar como referencia a alguien de tu familia, tu….madre, por ejemplo (ella no tiene tampoco la culpa, pobrecita).
“Veo que haces pie, ¿qué hay debajo?...” me vuelve a preguntar…
NO QUIERAS SABERLO, AMIGUETE.
Estoy desconcentrado y harto, odio la guerra del agua, primera vez que se me pasa por la cabeza retirarme. No, aún no, aguanta la primera vuelta y luego decide. He pasado el embarcardero con más pena que gloria y enfilo el largo de vuelta al pantalán, sigo sin ir bien, el corazón a tope, los brazos golpeando el agua torpemente y mi cabeza en otro sitio que no es el agua. Llego a la última boya antes de enfilar el pantalán y con la última lluvia de palos decido que ya está bien, que no quiero seguir.
Me paro y una chica de la Organización en una moto de agua se da cuenta.
“¿Estás bien?” pregunta.
Sí, físicamente estoy bien, pero por hoy se acabó. Me avisa por tres veces, si tocas la moto estás descalificado. Lo sé, a tomar por saco. Se acabó.
Aún en el agua agarrado a la moto espero un hueco para cruzarme al centro del lago y subirme a la zodiac. Han debido pasar tres minutos largos desde que he decidido retirarme. Cuando acabo de subirme a la zodiac me da por mirar el cronómetro…16 minutos desde que salí.
Soy imbécil, apenas me quedaban 100m para terminar la primera vuelta y lo hubiera hecho en 14 minutos, según lo previsto, tal vez incluso mejor. ¿Por qué no he mirado el reloj antes de decidir abandonar? Porque eres imbécil, Dani.
No he hecho sino subirme a la zodiac y ya estoy arrepentido. El de la zodiac se percata.
“Si quieres puedes volver a saltar al agua y seguir compitiendo, estás descalificado, pero eso no te imposibilita terminar el recorrido, simplemente no saldrás en la clasificación”
No, qué más da, “a lo hecho, pecho”.
El tío de la zodiac es majo, paso 15 minutos con él charlando y dando vueltas por el lago. Por lo menos te has dado un paseo en barca por aquí gratis, seguro que nunca lo has hecho, comenta.
Gratis no, me ha costado 35 euros de inscripción. Pero la camiseta ya me la han dado, pienso.
Camiseta + paseo en zodiac por 35 “pavos", oferta especial de primavera en la Casa de Campo.
Salgo del Lago y entrego el chip, aún quedan en el agua varios competidores.
“Imbécil, que eres imbécil” me repito una y otra vez. Recojo a “Nekane” que extrañada debe pensar:
 “¿Pero qué coño haces? Súbete anda y vamos a pasar a toda esta panda de torpes…”
Hoy no Nekane, hoy se acabó.
Todo el mundo me mira con cara de pena según paso, o al menos eso es lo que me parece a mí. Lo estáis arreglando, seguid mirándome así y me voy a poner a llorar. Aguanto un poco hasta llegar al coche, arrojo a Nekane dentro y ahora sí, lloro. Lloro de rabia e impotencia, de decepción y desconcierto. Aún no me explico lo que ha pasado.
Ya han pasado varios días desde aquello. Con la cabeza fría he analizado tranquilamente los hechos que motivaron mi retirada. No volverá a ocurrir, la natación no va a poder conmigo, siendo además quizá la disciplina en la que mejor me defiendo, desde el punto de vista de capacidad física. He de entrenar mi cerebro para la lucha, los golpes y lo que venga. Sólo es el 10% del total de la prueba, un mero trámite, quítatelo de encima Dani cuanto antes y disfruta del resto de la prueba. Con paciencia y entrenamiento, físico y mental, quizá consigas también disfrutar en el agua. Porque no nadas mal, eres mejor que bastantes muchos, demuéstralo y déjate de mariconadas, cojones, que mides casi dos metros y pesas 90kgs como para parecer un pelele por unos cuantos cientos de miles de hostias recibidas. Pega tú también.
World Triathlon Promaster Madrid, un fiasco para no olvidar.
Afortunadamente la revancha llegará pronto, el día 29 de junio repito distancia y escenario, y está vez seguro que todo será diferente, espero que para mejor…

lunes, 3 de junio de 2013

GANAR, GANAR Y GANAR

Pues resulta que al final ganamos el “Torneo de la Galleta” de baloncesto. Sí, ya sabéis, la final de consolación de la Liga de Empresas que juego todos los años. Ganar es ganar, ya sea la Liga, “la galleta” o ganar a tu prima “la coja”. ¿A quién no le gusta ganar? A mí por supuesto me encanta, y siempre juego para ganar, también en el triatlón, aunque aquí debo ser más realista. Acabo de llegar a este deporte, ya no tengo 20 años y me queda mucho para ser competitivo, pero sigo saliendo a ganar. A ganar a un amigo, a un compañero de club, a ese gordito que va delante mío (bueno, no tiene por qué ser gordito, cualquiera que vaya delante de mí es susceptible de ser sobrepasado). Ganar al paso del tiempo, ganar a los incrédulos, a aquellos que piensan que ya no estoy para estos trotes, ganar a mi propio cerebro, vencer al conformismo y la pereza.
GANAR, GANAR Y GANAR. Ya lo decía el gran Luis Aragonés, el sabio de Hortaleza, Zapatones por siempre, Dios Atlético.
Pero hoy no es tiempo de hablar de fútbol, ni siquiera de triatlón. Hoy quiero hablar de BA-LON-CES-TO.
El baloncesto fue, es y será mi deporte. Él lo sabe, aunque ahora le esté “poniendo los cuernos” con el “tri”. Pero yo soy, ante todo, un jugador de baloncesto. No he hecho otra cosa desde que tengo 10 años…bueno sí, he jugado y juego a todo lo que se me ponga por delante, tenis, pádel, natación, golf e incluso fútbol, soy de ésos a los que “se le dan bien los deportes”.  Quizá suene algo pretencioso, pero es así, sin destacar especialmente en ninguno lo he hecho relativamente bien en muchos deportes, tanto individuales como colectivos. Seguro que si busco en alguna caja en mi casa o en casa de mis padres aparece alguna medalla en tenis y natación, más recientemente algún “torneíllo” de pádel,  y por supuesto en baloncesto.
El baloncesto es mi deporte (¿ya lo he dicho antes, no?), y es mi deporte porque el baloncesto es un juego para personas inteligentes. No, yo no he dicho que el resto de deportes sea practicado por personas “no inteligentes”. Para la mayoría de deportes no dispongo seguramente de información  suficiente, y en otros tengo claro que la fuerza, la resistencia o la capacidad de sufrir priman sobre la inteligencia.
Mi gran amigo Julio Utrilla, alias Julito, decía sobre otro jugador de baloncesto, en un contexto no deportivo “estoy seguro de que Fulanito es también brillante fuera de la cancha, un tío que juega así de bien al baloncesto tiene que ser a la fuerza inteligente…” Tenía razón, estoy de acuerdo con él, ese tío lo era (lo es). He pasado casi 30 años jugando y viendo jugar al baloncesto, compartiendo vestuario con tíos que sin grandes cualidades atléticas, sin ser portentos físicos han llegado muy lejos, o suficientemente lejos jugando al baloncesto.
El baloncesto es un deportes para tíos listos, punto. Venga, me voy a meter en un “jardín” y lo voy a comparar con el fútbol, que para eso es mi blog y escribo lo que me da la gana. También he jugado al fútbol, y si tengo la oportunidad lo seguiré haciendo. En el fútbol “de la calle”, el de barrio, el que practicamos las “personas humanas”,  el que yo he visto,  en ese fútbol hay mucho gañán. Mucho “chuponcete”, mucho Messi en potencia con una barriga que le llega a los pies intentando regatear a medio equipo contrario. Parece mentira que un juego en el que cuentas con otros 10 compañeros sea tan poco solidario, en general la gente va a su rollo, a hacer su “jugadita”, con lo sencillo que es levantar la cabeza y darle el balón a otro. Porque en eso consiste, en intentar llevar la pelotita al arco rival, sigo pensando que algunos no se han enterado aún.
Sí, claro que el baloncesto también hay de “ésos”. Así les va. Pero veo el baloncesto como un juego eminentemente de equipo, donde una asistencia tiene igual o más valor que una canasta. Aquí las asistencias cuentan, y mucho, mientras que en el fútbol apenas se valora. Se dice que cuando un jugador mete una canasta hay una persona feliz, y cuando un jugador da un pase de canasta hay DOS personas felices.
El pasado martes ganamos la final porque fuimos inteligentes. A priori el equipo contrario era superior en altura y fortaleza física, quién sabe si también en calidad baloncestística pero “ay, amigo” era un equipo veterano, entrado en años. La cancha era larga y ancha, había espacio para correr, así que corrimos, y mucho.
¿Qué si nosotros somos jóvenes? No, en absoluto. Fernandito tiene 60 años (sí, has leído bien), pero aún conserva la ilusión de un junior. El resto del equipo anda por cuarenta y tantos años la gran mayoría, un par de ellos, entre los que me incluyo está en los cuasi-cuarenta y tenemos a Diego, claro. Diego tiene 16 años, es el hijo de Agustín, nuestro entrenador-jugador.
De modo que decidimos correr hasta reventar, no había ataques posicionales, no había jugadas ensayadas, sólo salir cagando leches a por la canasta contraria. Esa era la consigna.



Contábamos con Diego y sus 16 años, y Julito que corre, y mucho, yo mismo ando muy bien de piernas ahora.  Y estaba Carlos, que hizo suyo el partido y arrasó con todo en la pintura. La cosa era correr y darle balones a Diego y Carlos, porque pronto se vio que era su día, entre ambos anotaron el 70% de los puntos del equipo.
Correr como si fuera lo último que hiciéramos en la vida, correr hasta morir.
No sabemos si el equipo contrario era mejor que nosotros o no, porque les fundimos. En el minuto 5 ya no podían con su alma. Eso sí, su entrenadora estaba muy buena...

                                                  

En nuestro equipo también algún compañero acabó echando el hígado, pero cuando ya vas ganando de 20 puntos el sufrimiento es mucho más llevadero. Al final ganamos de 18 puntos de diferencia, que son muchos.
Ganamos fácil, mucho más fácil de lo previsto, y es que somos tíos listos, joder.
En lo personal dejar constancia de que jugué bastante mal, llevo un año sin apenas jugar y eso se notó, sobre todo en ataque y de cara al aro. Fallé canastas que no suelo fallar, noté  la falta de práctica y de algún kilo que otro que me he dejado en el asfalto corriendo, y que antes en mi posición de “pívot” me venía muy bien.



Anoté dos tristes puntos, algo anormal en mí y en este equipo. Pero soy un tío listo, lo dejo claro por si había alguna duda, de manera que me dediqué a otros menesteres, a correr, a saltar, a jugar para el equipo, a no dar un balón por perdido, a incordiar, a explotar este año sí mi actual forma física, la que me ha fallado todos estos años. Terminó el partido y no creo que mi corazón llegara a 100 pulsaciones, ni me enteré, y por supuesto no me cansé, podría haber estado corriendo siete horas más por la cancha.
Mola ganar finales, de las buenas, de “la galleta”, de consolación o de las que sean. Ganar una final mola mucho. De modo que lo celebramos como se merece, la satisfacción fue muy grande y las cervezas de la victoria tuvieron un sabor especial. Durante la celebración me fijé durante un buen rato en Fernandito. A sus 60 años había ganado otra final, se le veía muy feliz. Me alegré mucho por él, en serio, me reconfortó ver su cara sonriente y satisfecha. Volvió a contarnos aquella final del campeonato universitario del año de "maricastaña", o que él solía meter 20 puntos por partido, y lo sigue diciendo tan convencido. "Qué tío el Fernandito..." Ya te digo yo que no ha metido 20 puntos en su puñetera vida, pero con 60 años ha ganado otra final, olé sus huevos. Ya quisiera yo estar con 60 años ganando finales.

                                         El trofeo era de plástico del "bueno"...
Ganar finales, ganar, ganar y ganar…
Escribía sobre esto mismo recientemente mi buen amigo el gran Jaime Cuesta, en su blog, al hilo de la final de la Copa del Rey ganada por el Atlético de Madrid. Jaime recordaba sus participaciones en finales de baloncesto, hablando del el espíritu de equipo y la química de vestuario. En todo deporte de equipo siempre es igual, sea el campeonato que sea y al nivel que sea. En SORGEMSA, mi equipo, hay buen rollo, y eso se nota. Cuánta razón tiene Jaime, “angelito” de 2,07m, mi gurú particular de Internet y “la cosa 2.0”, no te puedes perder su blog:
Evidentemente  Jaime es un tío listo, juega al baloncesto ¿queda claro?