domingo, 28 de septiembre de 2014

TRIATLÓN POPULAR CASA DE CAMPO DE MADRID 2014

Nada más volver de vacaciones, me “obliga” Chema a apuntarme al triatlón popular que se organiza en la Casa de Campo de Madrid con motivo de la Copa de Europa que se celebra en dicho escenario el fin de semana del 20-21 de septiembre.

No tenía previsto,  en principio,  competir más hasta el IM de Gandía, pero bueno, tomar parte en un tri sprint un sábado tampoco es que trastocara demasiado mis entrenamientos, además cada vez me gusta más competir, sea en la distancia que sea.

Le pido permiso a mi entrenador y éste me da el “ok”, siempre y cuando no varíe el plan previsto para el resto de la semana y pare ante cualquier alarma que mi cuerpo envíe.

Para rematar la faena consigo liar también a Iván, mi compi del club, que también hará el IM de Gandía conmigo.

Así que allí que estamos el sábado 20, madrugón al canto, las piernas tiesas del duro entrenamiento del día anterior, por lo que preveo una competición dura, al menos espero que las “patas” me aguanten el sector de natación y no aparezcan los calambres.

Nos reunimos Iván y yo con Chema, recién abierta la oficina de carrera. Pronto el primer lío, el dorsal de Iván no aparece. Le asignan otro, junto con un papel “guarrindongo” a modo de justificante para que pueda entrar en la zona de transición, ya que claro no aparece en los listados.

En zona de boxes nos entretenemos charlando y saludando a conocidos y amigos varios.



Coincidimos con Ramón, mi fisio, que también va a participar en la prueba. Como siempre me pilla el toro salseando y haciendo el idiota.


Nuevamente toca salir corriendo para dejar la mochila en el ropero y llegar hasta el lago.



El día ha amanecido fresco y el neopreno está permitido, genial, menor probabilidad de que aparezcan los temidos calambres.

Los tres, Iván, Chema y yo, salimos juntos, con gorros amarillos, en la 2ª tanda, a las 9:32.



Como en Zumaia, decido salir fuerte, y sorprendentemente me veo encabezando la prueba hasta casi llegar a la primera boya. Me asusto un poco, lo vas a pagar Dani, así que aflojo y poco a poco me van rebasando algunos competidores, pero no demasiados. La táctica me ha servido para evitarme muchos, muchos golpes, así que con una sonrisa en la cara llego hasta la segunda boya tras rodear la embarcación situada en el lado contrario del lago y enfilo la larga recta que nos ha de traer de vuelta al pantalán. Aquí ya me empiezan a fallar las fuerzas, pero únicamente visualizo a dos o tres triatletas que me rebasan con gorro negro, los que salían 2 minutos después de nosotros. Por el contrario he superado a mucho competidor con gorro rojo, los que nos precedían.

Ha ido bien, estoy seguro. Planto el pie sobre el pantalán en 12:58 y segundos después suena el “bip…bip…bip…” de mi chip, dando por concluido el primer sector. Estoy torpe como siempre intentando deshacerme del neopreno mientras recorro la larguísima T1. La bici de Chema (y muchas otras) siguen ahí cuando yo abandono la zona de transición. Justo cuando salgo de la zona veo llegar a Chema.

Toca sufrir en la bici. El cansancio acumulado de toda la semana de entrenamientos y el apretón que me he dado en el agua van a pasar factura. Efectivamente me noto sin ritmo en las piernas, voy tieso. La primera subida a Garabitas es un suplicio, y en la consiguiente bajada voy tiritando, aún con el cuerpo mojado. 16 minutos esta primera vuelta.

Al principio de la segunda vuelta me rebasa Chema, trato de seguirle, pero ya sé que me va a ser imposible, en Garabitas se me escapa, una lástima. Repito parcial en 16 minutos.

A por la tercera Dani, que no decaiga el ánimo. Subiendo por última vez Garabitas charlo con un compadre, me comenta que se estrena en triatlón y a duras penas soy capaz de seguirle, hay que joderse. Como cada vez que me ha rebasado alguien me digo a mí mismo que ellos no han entrenado a muerte el día previo y los anteriores. Quien no se consuela es porque no quiere. Otros 16 minutos en esta última vuelta, qué precisión.

Descabalgo de Nekane en plan PRO, descalzándome en marcha y corro por la T2 hasta visualizar el cartelito con mi dorsal, el 1111, gracioso número. Suelto la bici, me calzo las zapas sin calcetines, agarro un gel y a correr se ha dicho.

En carrera voy de menos a más, con amago de calambres nada más salir, aunque consigo evitarlos con una breve parada para vaciarme un botellín de agua sobre la cabeza. Continúo y me cruzo con Chema primero e Iván después, aunque este último va por delante, me digo. Como bufa y aprieta los dientes, el salvaje. Va como un tiro. Tengo que apretar para terminar mi primera vuelta antes de que me doble, faltaría más.

No voy bien, me noto torpe y lento, aunque consigo mantener ritmos en torno a 4:30/km. No me voy a vaciar inútilmente por ganar unos segundos, así que mantengo velocidad de crucero siempre con el objetivo de bajar de 1h30, cosa que tengo a mi alcance.

Animo a Ramón, el fisio, que empieza su primera vuelta a pie cuando yo enfilo mis 2km finales. Controlando el crono para no cagarla con el tiempo al final voy disfrutando de mis metros finales, animando al resto de triatletas y chocando manos con el público asistente. En recta de meta veo a Chema que me anima, subo el ritmo “ma non troppo” y cruzo el arco en 1h29:42, que no es una marca estratosférica, sino más bien de lo más normalita. Aún así estoy contento, he nadado bien, en bici he sabido sufrir y he corrido sin dolor, qué más puedo pedir.

Me reúno con Iván y Chema, el “carasucia” (tiene toda la cara negra y llena de grasa, ya que se le ha salido la cadena de la bici en plena prueba). Intercambio de pareceres y Chema que nos abandona con prisa, compromisos familiares, ya se sabe.

Me quedo con Iván a reponer líquidos y terminar de comentar la jugada.



 Iván bromea con la posibilidad de que haya hecho podio en su grupo de edad (que por cierto también es el mío). Yo le digo que ni de coña, pero una vez publicados los resultados resulta que no estuvo tan lejos, ya que quedó 6to, a escasamente un minuto del 4to, por ejemplo. Qué máquina el tío.

Gran día de triatlón en la Casa de Campo, habrá que repetirlo en cuanto se pueda.


domingo, 7 de septiembre de 2014

TRI ZUMAIA 2014: CAMPEONATO DE EUSKADI TRIATLÓN SPRINT

Nuevamente se me acumula el trabajo y descuido actualizar el blog, ustedes perdonen. Tenía pendiente compartir con todos vosotros mis últimas y aclamadas actuaciones (modo irónico: ON).

La primera de ellas significaba el final del periodo vacacional, dos semanas que pasé en Galicia y el País Vasco y en las que había "negociado" con mi contraparte bajar el pistón en los entrenamientos y ni siquiera llevarme la bicicleta. A cambio me permitiría tomar parte en el tri sprint de Zumaia, con una bicicleta prestada. Bueno, venga, vale, aceptamos pulpo.

Los días previos a la prueba, ya en Donosti, los dedico a correr un poco y fundamentalmente a nadar. Parece mentira que en 18 años que llevo visitando la ciudad jamás se me hubiera ocurrido llegar nadando a la isla de Santa Clara, icónico emplazamiento en mitad de la bahía de la Concha. Pues no, nunca lo había hecho.

Así que un buen día le digo a Ruth que me acerque a la playa de Ondarreta, me calzo el neopreno y allá que voy, en dirección a la isla. Me salen 500m justos de playa a isla, y dado que debo hacer 3000m según mi plan, pues nada, tres idas y sus correspondientes vueltas en algo menos de 1 hora. Lo disfruto una barbaridad, el mar es un plato y la temperatura del agua ideal incluso sin neopreno, fresca pero no fría. Simplemente genial.


Al día siguiente pruebo la bici que me han prestando, mil gracias a Jon, compañero de club del primo Isma. Se lo agradezco infinito. Lamentablemente la bici no permite reglaje alguno en manillar, potencia y sillín, ya que debido al óxido acumulado durante, yo diría siglos, todo ha quedado soldado y no se puede mover. Una pena, porque el cuadro sí es de mi tamaño, pero al ser Jon algo más bajo que yo el sillín no está lo suficientemente alto y la postura es un suplicio. Bueno, son 20km nada más lo que estaré sobre ella, sobreviviré.

6 de septiembre, día de la prueba. Almuerzo prontito en casa de Iker, que me ha preparado un "cubo" de pasta, eskerrik asko, Iker. Pronto organizo todo el material y me presento en zona de transición, no quiero agobios de última hora. Neopreno permitido, fantástico.

Decido salir adelante, la prueba es también campeonato de Euskadi de la distancia, vienen los mejores vasquitos de la especialidad y la lucha se prevé intensa. El año pasado salí algo retrasado y me llevé palos mil, este año pienso que si aprieto fuerte al principio sólo me llevaré unos cientos...
Salgo fuerte y parece que la táctica funciona, apenas unos pocos golpes hasta la primera boya, y unos pocos más en la segunda. Ahora toca nadar contracorriente más de 500m, que se me hacen eternos, pero nado solo (que no sé si es bueno) y sin complicaciones. Mirada atrás al subir las escaleras y mucha, mucha gente por detrás (posición alrededor del 100/400), bien, aunque el tiempo no es bueno, 16min. Luego descubriríamos que hemos nadado más de 900m en lugar de los 750m previstos. 




Con algo de cabreo por el tiempo, no por la posición, monto en la bici y trato de aguantar el ritmo del grupo que me precede. Sólo lo consigo un rato, luego aprietan y me sueltan. Mi posición sobre la bici es una tortura, no estoy cómodo y no puedo levantar a pedalear con fuerza. Bueno, se trata de aguantar y ya está, tampoco me estoy jugando posiciones de podio, la verdad sea dicha. Tiro a muerte todo el tiempo, terminamos formando un grupo de 6/7 integrantes que cada vez que se ponen a mi altura miran extrañados lo mal que me queda la bici...yaaaaa, yaaaa, ya lo sé, no hagáis leña del árbol caído.



Termino haciendo el mismo parcial del año pasado, así que bien, para haberlo hecho con la bici  en esas condiciones.

Vamos a correr.



POR FIN he dejado atrás mis problemas en los aquiles, lo que es fantástico, pero todo este tiempo sin poder correr bien me ha dejado sin ritmo ni velocidad, una pena. Apenas consigo aguantar ritmos de 4'30"/km, cuando en mayo corría a 4'00"/km, pero bueno, es lo que hay, Fonseca. Los ánimos de toda la gente que me acompaña, Ruth, Xilbi, Iker, Luismi (qué fotazas me hizo, la virgen), Naia, Isma y Lupe, hacen que apriete los dientes y dé todo lo que tengo en este sector. Parcial de 22'43", normalito, pero me he exprimido a tope, así que contento.




Tiempo total 1h18min, algo peor que el año pasado, pero con la natación "extra" que nos hemos chupado hubieran sido tranquilamente 4 minutos menos. Bien, contento.




Fin de fiesta habitual, ducha, primeras cervezas, tapeo y cena abundante y exquisita en Zarautz. El colofón perfecto a unas buenas y merecidas vacaciones. Toca vuelta a la rutina laboral y último empujón en los entrenamientos de cara al IM de Gandía.