viernes, 26 de abril de 2013

LA BEHOBIA

Esta semana he formalizado mi inscripción en una nueva edición de "la Behobia”.
Para los menos experimentados en materia de carreras populares os diré que la “Behobia-San Sebastián” es, con diferencia, la mejor carrera popular dentro del calendario nacional. Son 20K entre el barrio irundarra de Behobia, a escasos 100m de la frontera con Francia en Irún, y desde allí corriendo hasta San Sebastián.
Será el 4to año consecutivo en el que participo en la carrera, y para mí sigue siendo la cita del año, esta vez en dura pugna con el Ironman, pero sin perder por ello un ápice de importancia.
La Behobia es una pasada de carrera, en mis casi tres años como corredor popular he corrido ya en muchos sitios y en muchas carreras, y no hay otra carrera que se pueda comparar con ella. He corrido incluso otras carreras en Donosti y no son igual, participé en la media maratón y no es lo mismo, ni de lejos, la Behobia es diferente, es especial. Son más de 20.000 corredores cada año y te encuentras un ambiente ESPECTACULAR, que pone los pelos de punta. Pero lo que hace especial a la Behobia es el PÚBLICO, con mayúsculas. En los 20 kilómetros del recorrido se agolpan para animarte sin parar, da igual que llueva, nieve o truene, es impresionante. Como en tu dorsal viene escrito tu nombre de pila, no paran de llamarte por tu nombre “VAMOS DANI” “VENGA IKER” “AÚPA MUTILLAK(chicos)” “OSO ONDO NESKA (muy bien chica)”. El 1er año estaba afrontando una de las duras cuestas del recorrido (luego hablaremos del mismo) y escuché “…Vamos Dani, oso ondo!! No pares, aúpa!!...”. Miré a mi derecha y una chica, completamente desconocida para mí, me animaba sin parar. “…Joder si no la conozco de nada…ah coño, que es por el dorsal…” Me giré y la di las gracias “Eskerrik asko!!...” y seguí subiendo con una sonrisa estúpida en la cara. El público te lleva en volandas hacía la meta, y los 2KM últimos son sencillamente impresionantes, te sientes el puto rey del mundo, y perdón por las palabrotas, pero es que es así, no se puede describir de otra forma, en esos dos últimos kilómetros sacas fuerzas de donde no las hay, aprietas los dientes y acabas dándolo todo para entrar en meta en el “Bule (Bulevar)”, exhausto, pero con una sonrisa de oreja de oreja. La Behobia “se sale”, coño.
Es una carrera dura, por perfil y por climatología (es en Noviembre). Lo normal es que llueva, si no diluvia como el año pasado, y que el viento azote de lo lindo, correr en esas condiciones tiene su puntito de épica. Y si no llueve y hace calor casi que es peor, porque la humedad te mata, como pasó hace 2 años. Aunque la auténtica Behobia es con lluvia, viento y frío, ésa es la que merece la pena correr. Respecto al perfil comentaba que es una carrera dura, con dos “cumbres” en su recorrido que ponen a prueba tus piernas. Si no vas bien preparado la Behobia te pone en tu sitio y las vas a pasar putas. La primera de las "cumbres", el alto de Gaintxurizketa (se las trae el nombrecito) es una subida de unos 2km no excesivamente dura, aunque sí se hace un poco larga. Se afronta relativamente pronto (km6-8) y no debe ser mayor problema si vas preparado. La 2da cumbre es peor, el alto de Miracruz es más corto, apenas 1km, pero situado entre el km17 y el km18 de carrera, y es una pared, te revienta. Eso sí, si coronas, a la altura del archiconocido restaurante Arzak, ya puedes bajar rodando hasta la meta. Entre los dos altos tienes los “toboganes de Lezo”, un sube y baja continuo rompe-piernas y el interminable puerto de Pasajes, 4km interminables entre hangares, almacenes, saltando raíles,  con firme irregular, y que a mí personalmente se me atraganta año tras año.
Correr la Behobia te da cierto caché en el mundillo “runner” popular. Las camisetas finisher Adidas son características y fácilmente reconocibles. En cualquier otra carrera cuando la llevas puesta alguien te dice “Venga, esa Behobia” “Vamos joder aprieta que esto no es la Behobia”. Si ves a otro que la lleva, hay una sonrisa de complicidad entre ambos, los dos sabéis que La Behobia no la hace cualquiera, que ambos sois "especiales".
Si leyendo hasta aquí aún no te has decidido a correrla, permíteme  querido lector  que haga un breve (o no tan breve) resumen de mi primera Behobia, sin duda la más especial de todas, un día que posiblemente nunca olvidaré. Espero verte en una de las próximas ediciones, y que disfrutes leyéndolo tanto como yo corriéndola:
BEHOBIA (2010): La Behobia 2010 fue el motivo para iniciarme en el “running”. Un año antes estaba viendo la carrera en Donosti por televisión y pregunté a la prima de mi mujer que era “eso” que salía en la tele, y que hacían esos inconscientes corriendo por ahí con la que estaba cayendo (esa edición de 2009 se hizo bajo vientos de más de 100km/h, olas que arrasaron las playas de Donosti y lluvia no, lo siguiente…). Mi “prima” me explicó que “eso” era la Behobia, y por supuesto me pareció una locura. Me pierde la boca, siempre ha sido así, de modo que repliqué “Esa carrera la corro yo con la punta de la po…”. Meses después me estaba inscribiendo en la maldita prueba, pesaba ciento muchos kilos, salí a correr nada más terminar la inscripción, no duré ni dos kilómetros y casi me muero.
Pero llegó el fin de semana de la Behobia, junto con el amigo Sergio me había preparado suficientemente bien, habíamos seguido uno de los planes de entrenamiento que la propia web de la prueba propone. Había tres planes, para acabarla en 1h30, 1h45 y 2h00. En el punto medio está la virtud, dicen, así que tiramos por la de 1h45, y más o menos seguimos el plan.
Sergio fue con mi mujer en coche y yo me encontré con ellos allí, ya que estaba en Pamplona por motivos de trabajo. El día anterior, ilusionados y nerviosos, recogimos el dorsal en la Feria del Corredor, en el Kursaal.  Era la 1ª vez que veía una feria previa a una carrera, multitud de puestos con cientos de artículos, miles de personas por ahí rondando, ambiente sanísimo, gente feliz y sonriente, y alguno con la misma cara de “cague” que yo llevaba encima. Tras recoger el dorsal a casa prontito y a cenar pasta. Cociné la receta especial spaguetti boloñesa “especial Fonseca”,  como un kilo de pasta que nos metimos entre pecho y espalda y a dormir…bueno, Sergio durmió, yo no pegué ojo, por los nervios y porque el muy cabrón ronca que se las trae.
El día de la prueba amenazaba lluvia y sopla el viento de lo lindo, aún así yo decido ir ligero de ropa, camiseta de manga larga y punto, ni cortavientos ni sudadera ni leches, somos hombres o qué somos…? Nos montamos en “el Topo” (Eusko-Tren, algo así como el Cercanías vasco) y alucinamos la 1ª vez de muchas durante ese día. En la estación de Anoeta había cientos de corredores, y el tren venía atestado de otros cientos. Como sardinas nos hicimos hueco y comenzamos a disfrutar del ambiente de la Behobia, todo el mundo comentaba ésta y aquella carrera, se respiraban nervios, confianza e ilusión. Una pasada. Al llegar a Irún comenzó el diluvio, subimos a los autobuses que te acercaban a la salida y ya el corazón latía que se salía del pecho.
Al bajarnos del autobús FLIPAMOS. Miles que parecían millones de corredores trotaban de un lado a otro bajo la lluvia, un speaker animaba al personal desde una plataforma al son atronador de una música perfectamente elegida para la ocasión…”WHERE THE STREETS HAVE NO NAME” sonaba y Sergio y yo buscábamos refugiarnos del agua en una gasolinera mientras chillábamos cual Bono de U2 “I wanna run…”. Los pelos como escarpias de la emoción, nos mirábamos alucinados, abrazotes de amigo y no parábamos de repetir “tío qué guapo!!...tío qué guapo…!!” . Al final decidimos que le dieran por saco a la lluvia, salimos a calentar y a vivir cerca de las pantallas gigantes instaladas la salida de los diferentes grupos (se sale por marcas, espaciados por 2-3min). Como no teníamos marca acreditada salimos en el último grupo, dorsal blanco-paquete-corredor globero. Un tío portando con un cartel con el color de tu dorsal va acercándote hasta la salida y….VAMOS!!
Salimos rápido, los del dorsal blanco van a hacerlo en 2h o más y nosotros íbamos a hacerlo en 15 minutos menos, así que fuimos adelantando por las aceras, brincando de un lado a otro esquivando a otros corredores “por aquí Dani” “cuidado con la mediana” “ojo Sergio alcantarilla”. Así transcurrieron los 1os 5km, siempre juntos, hasta que comenzamos a subir Gaintxurizketa, poco antes nos habían pasado como aviones 4 keniatas, 2 hombres y dos mujeres, profesionales, que habían olvidado ponerse el chip y salieron con media hora de retraso respecto al resto de “pros” (anda que ya les vale). En esta 1ª subida aflojo algo, siempre Sergio unos metros por detrás diciendo “sigo aquí Fonseca, vamos mueve el culo!!”. Corono la subida y me lanzo como un loco cuesta abajo hasta Lezo, me siento como un toro y voy a tope (luego lo pagaría, claro). He perdido a Sergio, se ha quedado atrás (otro que casi pierde el chip al desabrochársele la zapatilla, a saber como coño se lo puso). En Lezo desando unos metros buscando a Sergio,  no le veo, que le den, ya nos veremos.  Llegamos al puerto de Pasajes y aparece “el tío del mazo” en el km12, me viene un bajón importante y me flojean las piernas. Sergio me alcanza y vamos juntos 1km, veo a mi mujer y a Xilbi , la prima, que nos animan bajo la lluvia, también sus padres. Pongo a mal tiempo buena cara y sonrío forzadamente, pero voy jodido. Sergio se da cuenta y decide seguir, “tira tronco que yo no puedo” le digo.  Maldito puerto, se me hace aburrido e interminable, no tiene fin…el fin del puerto es el comienzo del infierno, viene el alto de Miracruz, la anteriormente mencionada puñetera pared que termina de destrozarme. No me he parado a caminar ni un metro en toda la carrera, pero aquí estoy tentado de hacerlo, menos mal que cuando voy a pararme aparece un señor con bigote del público, me empuja del culo y me dice “venga-coño-no-te-pares-que-ya-estás-arriba-que-no-se diga-cojones-pues”, “…pero cuánto queda de subida, POR DIOS??” “100 metros hostias, venga-la-hostia-pues”…aprieto el culo y el paso, veo el cartel de Arzak y sé que ya lo he conseguido, voy a terminar la Behobia y voy a bajar de 1h45, LA HOSTIA PUES!!
Los 2km finales vuelo, son en bajada y sin saber cómo ni de dónde han venido, las fuerzas han reaparecido, hago el km19 a 4’30” y el último a 4´10”, la gente se agolpa y no para de animar, pasas por el Kursaal y a lo lejos ves el arco de meta, último apretón, 200m, 100m levanto los brazos y….HE TERMINADO LA BEHOBIA, JODER, QUÉ GUAPO!!

Sergio me ha esperado en meta, nos abrazamos, yo casi estoy llorando (bueno, sin casi), estamos empapados, helados, rotos, pero muy muy felices. Él ha hecho 1h41’, tiempazo, y yo 1h43´, no está mal para un par de globeros…
La post-carrera es la esperada en Donosti. Chuletón, cerveza,  sidra y todo lo que quepa en nuestros maltrechos cuerpos, nos lo hemos ganado, eso seguro.
“¿Y el año que viene?” “ El año que viene salimos con dorsal azul tío, bajamos de 1h30 fijo y ganamos a Chema Martínez y…”

2 comentarios:

  1. Hola Dani, me ha gustado mucho tu post (y los anteriores). Lo mejor? Qué son muy tuyos!!!! A ver si con esto me animo a retomar. :P.
    Gonzalo

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    1. Gracias Sr. Moreu!! Por supuesto que el estilo es muy "mío", tanto para lo bueno como para lo malo!! Qué le voy a hacer, soy rebelde porque el mundo me ha hecho así(n)...

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