Sergio y yo estamos preparando nuestra primera Behobia-San
Sebastián, llevamos escasos meses, a lo mejor incluso pocas semanas, desde que
nos hemos iniciado en el mundo del running.
Hemos quedado en mi casa para hacer “tirada larga” (15km, lo que nos parecía una eternidad por entonces), después comer y
pasar el día juntos, también está Gema, su pareja, y por supuesto “mi Ruth”.
Por la tarde estamos descansando y tragando tele, en eso que
recuerdo tener grabado “del Plus” un resumen del Ironman de Lanzarote de ese
año. Propongo verlo y las chicas preguntan ¿qué es eso del Ironman?
¿Todo seguido, en el
mismo día?
Sí.
No jorobes.
Ya te digo.
Dale al PLAY.
Yo el vídeo ya lo había visto, lo pillé a medias en una
redifusión de C+ y decidí grabarlo para verlo completo. Me había parecido impactante,
una auténtica salvajada. Ni por asomo me planteaba hacer “uno de esos”.
Acababa de empezar a correr, no nadaba desde el pleistoceno y odiaba la bici,
teníamos Ruth y yo dos bicicletas muertas de risa en el garaje sin apenas uso,
no íbamos ni a por el pan con ellas. El triatlón era para Isma, el primo de
Ruth, un tío raro “de esos que hacen cosas diferentes”. Ya me parecía duro un
triatlón olímpico como para plantearme hacer un Ironman.
3,8km nadando, madre mía, más de una hora nadando, espérate
tú que pueda cruzarme 4 piscinas.
180km, una etapa del Tour, qué barbaridad, y vaya cuestas
que hay en Lanzarote, Timanfaya, Mirador del Río, Haría (Unos años atrás había
pasado un fin de año en la isla, recordaba bien las carreteras). ¿Y el viento
qué me dices? De locos, hay que estar muy zumbado.
Y una maratón al final. Parece una broma, locos es poco,
estos tíos están como una regadera.
¡Mira, mira, mira! 2.000 tíos nadando a la vez, eso parece
una almadraba, vaya leches que se tienen que pegar en el agua.
Las llaman “cabras” creo, son bicis especiales para
contrarreloj, porque no se puede chupar rueda, tienen que ir en fila guardando
una distancia (Yo haciéndome el listillo sin tener ni pajolera idea).
¿Y aquí está el Noya éste? No, ese compite en distancia
olímpica, es bastante menos distancia.
Entiendo...(sí, seguro)
(En el vídeo comienza el tramo de maratón)
Joer pobrecitos, van muertos, y muchos andando, ese gordo no
me jodas que lo va a terminar.
Pues al final va a ganar el español ¿eh? Eneko Llanos, no me
suena de nada. Y la “tía” (Catriona Morrison) ha partido la cadena, pierde
45min y vaya remontada se está marcando en la maratón, pues va a ganar ¿eh?,
¡qué grande!
Lo más impactante del vídeo es ver llegar a los “no
profesionales”, por aquel entonces lo de GGEE era un concepto que me venía
grande. Vemos cruzar la meta a más de un gordo, a señoras mayores, a abuelitos
venerables. Sus caras lo dicen todo.
Termina el documental y hay un momento de silencio. Sergio
me dice:
Joder tío, qué emocionante.
Nos miramos, escruta en mi mirada y sonríe levemente con
cara de “tú vas a hacer uno de estos Y LO SABES”.
Qué va tío, no jodas, si yo odio la bici. Lo otro no te digo
yo que no me vea capaz, pero ¿180km de bici? ¡Qué dices!
20 de junio de 2.015
Es mi cumpleaños. 41 “castañas” me caen.
Acabo de darle al botón. Estoy inscrito al IRONMAN de
Lanzarote 2.016. Bonito regalo de cumpleaños, cortesía de mi señora esposa.
Como ya sabe el lector, en esas fechas he terminado ya un par de distancias
Ironman, y estoy camino del tercero (aunque lamentablemente no lograré completarlo).
El destino (o más bien el “pesao” de Rafuky Morán) ha
querido que mi primer “marca IRONMAN” sea Lanzarote, que además celebrará su 25
aniversario. No hay dos sin tres, y a la cuarta será la vencida, ya me entiendes.
Poco más de 5 años después de ver aquel documental en el que
Eneko y Catriona, junto a otros 2.000 descebrad@s, lograban completar esos
226km míticos, allí estaré para hacer lo propio.
Quién me lo iba a decir entonces, ¿eh?
No hay comentarios:
Publicar un comentario